El cacao, como materia prima para la fabricación de una diversidad de derivados, representa una fuente importante de ingresos para diversos países, desde el punto de vista de generación de divisas e ingresos de sus productores, como una fuente importante de ingresos para los habitantes de determinadas regiones, como en el caso de la República Dominicana, donde tanto en la región norte como en el este existen plantaciones de dicho producto.
Pero en la presente cosecha, que se estima podría finalmente terminar en un tercio o un cuarto en términos de volumen de producción, así como hace algunos años. Los principales productores del mundo concentran más de 60% en la parte occidental del continente africano, principalmente en Costa de Marfil, Ghana, Madagascar y Camerún, en los cuales ha disminuido la producción como consecuencia de las condiciones adversas (como sequías, el envejecimiento de las plantaciones y la lenta reposición de las mismas y la persistencia de una alta prevalencia de enfermedades que afectan al cacao).
Para el caso de los países de América Latina como son Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y particularmente la República Dominicana, el aumento de los precios del cacao, que produce una euforia de alegría en los productores, representa un gran reto, pues la situación de envejecimiento de las plantaciones es una amenaza desde el punto de vista de la competitividad internacional en el mercado de este producto marrón como se denomina.
Ciertamente desde inicio del año 2024, el precio del cacao a nivel de finca en la República Dominicana, que cerró en el año 2023 a un máximo de RD$7,000 el quintal, ya para mediados de este mes de abril había llegado hasta los RD$27,000 el quintal, multiplicando el precio por 4 veces; pero debemos decir que este no es un fenómeno que se va a mantener a mediano plazo, pues aunque se estima que en la producción de los países africanos va a persistir los problemas que la afectan en el presente año, también en la cosecha del próximo año 2025; pero esos precios no se podrán mantener en los años subsiguientes en la medida que se recupere el volumen de producción en África.
Se debe considerar que la cotización de precios de las materias primas a nivel internacional es inestable y el cacao no es la excepción a esta tendencia.
De no haberse presentado la situación en la producción de estos países, el estimado del precio a nivel de finca no iba a sobrepasar los RD$10,000 el quintal. Considerando que los costos de producción tanto para la rehabilitación de las plantaciones, como para la recolección y transporte del producto final (el cacao en baba), han aumentado, entonces se debe aprovechar este boom en los precios, para mejorar la calidad de las plantaciones y de las variedades que producen mayor rendimiento por tarea sembrada, de forma que permita aumentar la productividad y así a futuro mantener niveles de precios sostenibles.
Desde las instancias del gobierno, que tienen la responsabilidad de incentivar la mejoría de las plantaciones de cacao, para aumentar la productividad, llámese Ministerio de Agricultura, Direccion Nacional de Cacao, Instituto del Cacao, IDIAF, se deben trazar programas y actividades que conlleven hacia la mejoría en la calidad del cacao que se produce, sobre todo en lo que respecta al cacao orgánico de cuya variedad la República Dominicana es líder en términos de exportación.
En coordinación con los productores, organizados en las distintas asociaciones y cooperativas existentes, así como productores independientes, se deben realizar acciones que permitan a futuro mantener niveles de rentabilidad de la producción y cuando se vuelvan a presentar precios altos, como es el caso actual nuestros productores puedan lograr mayores ingresos a partir de un mayor volumen de producción y a la vez esto permita al país obtener mayor cantidad de divisas.