Existen técnicas estadísticas que permiten conocer con cierta precisión cuántos habitantes hay en una localidad, en un país y en el mundo. De ahí se deriva que ahora somos 8,000 millones de personas viviendo en este planeta.
La Organización de las Naciones Unidas venía dándole seguimiento al conteo a fin de, al llegar a esa cifra, aprovecharla para llamar la atención de la humanidad en varios aspectos que preocupan, incluyendo la magnitud de la población y la viabilidad del planeta de acoger su crecimiento. En la República Dominicana, con motivo del nacimiento de Damián asistió al hospital la distinguida dama Sonia Vásquez, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Que la persona número ocho mil millones naciera en nuestro país fue motivo de algarabía y con ello Damián crecerá y su vida quedará marcada para siempre. Esperamos que para su bien. Que le sirva de amuleto de buena suerte y que, quizás, al tener enfocado en él los ojos del mundo, reciba más atenciones que el resto de los mortales.
Sin embargo, ¿podemos estar seguros de que él es el número 8,000 millones? En realidad, es un dato anecdótico porque la cifra precisa no la sabrá nadie. Primero, porque si bien los censos se hacen cada diez años, a veces se retrasan, como el caso dominicano, que el actual correspondía hacerlo en el 2020, pero fue pospuesto, inicialmente por los conflictos internos del PLD y después por la llegada de la pandemia. Este último factor le provocó retrasos en todo el mundo y hay países, como Haití, en que el correspondiente a esta década ni siquiera se hará.
En segundo lugar, porque los censos no son exactos, por muy bien que se hagan, incluyendo el caso insólito solo visto ahora en nuestro país de que aparece un grupo de malos dominicanos esforzándose por obstaculizarlo, en que nos parezcamos a Haití.
En tercer lugar, debido a que, si bien las técnicas estadísticas pretenden mantener sistemáticas proyecciones en base a las cuales se estimaba que antes de nacer Damián ya había 7,999,999,999 personas y que, por tanto, el siguiente sería el 8,000 millón, es imposible saber si fue él porque en el mismo minuto en que nació nacieron en el mundo otros 188 niños y es posible que otros se le hayan adelantado. ¿Cómo sabemos que era él?
Ahora viene el cuarto lugar, y es que, ¿cómo sabemos que apenas un instante antes no haya muerto otra persona, y que entonces eran dos que faltaban?, pues en ese mismo minuto otras 112 personas murieron en el mundo.
Fuera del dato anecdótico, el propósito de la ONU era poner sobre el tapete aspectos que preocupan a la sociedad, se discuten en las conferencias internacionales y continentales sobre población y desarrollo que se ejecutan periódicamente y sobre las cuales hay que tomar decisiones. La primera Conferencia Internacional se llevó a cabo en El Cairo en 1994 y la más reciente en Nairobi, también en África, en el 2019.
De nuestro continente, de la primera conferencia americana surgió el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo, del cual nuestro país es signatario. Tanto de las mundiales como de las regionales se derivan muchas políticas que deben ser aplicadas con la intención de lograr que los progresos que experimenta la humanidad en crecimiento económico y en progresos científicos y tecnológicos se conviertan en verdaderos progresos para la gente, al tiempo que se preserva el planeta, la vida que en él existe, sus recursos y su ambiente.
De hecho, los objetivos de estas conferencias se incorporan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con los que se comprometieron las naciones, incluyendo nuestro país. Entre ellos, la salud, la educación, la protección de los ancianos ante el rápido envejecimiento de la población, la equidad de géneros, la defensa del derecho de las mujeres y los niños, la migración y, en general, los derechos humanos como condición de dignidad, como el derecho de toda mujer de negarse a parirle un hijo a un violador o el de hombres y mujeres planificar la propia familia, teniendo cada cual el número de hijos que le apetezca y que pueda sostener sin que ninguna autoridad le imponga tener más o tener menos.
En particular, preocupan elementos muy presentes en nuestra sociedad, como el embarazo en adolescentes, el matrimonio o la unión temprana, incluso de niñas, los niños que se crían sin uno de sus padres y la condición de pobreza que suele acompañar su desarrollo. Afortunadamente, la madre de Damián no era adolescente, pero se dice que soltera y sin trabajo. Ya sabemos que Damián recibirá algunas atenciones, pero otros cientos de miles en la RD crecerán sin las mismas.