“La educación no es preparación para la vida. Es la vida misma”. (John Dewey).

Dedicamos este artículo a Olga Cecilia Basora, mi amiga, talentosa, honesta y honrada. La que más sabe de calidad en República Dominicana.

La educación es el alma más sublime de la dimensión humana, nos hace más humanos. Es la arquitectura del escultor que nos diseña en un constructo que deriva la decantación de lo que somos, en el afán trascendente de diferenciarnos de nuestros ancestros. La educación es el pincel de la socialización que nos “arma” para la vida, en lo que hacemos, en cómo lo hacemos, con qué instrumentos lo hacemos y cómo distinguirnos de una época histórica de la otra. Ella, conjuntamente con la salud, es el indicador del capital humano.

Si añadimos la libertad, forjan los tres pilares del desarrollo de una sociedad de manera plena. Podemos tener excelente educación, salud, empero, si no existe la libertad de decidir, de escoger, el ala de la individualidad puesta en la praxis de emprender, esa sociedad se achica porque limita la esencia de la naturaleza: decidir, no importa si al principio o al final de nuestro ciclo existencial. Educación, salud y libertad son la tríada del desarrollo sostenible de un país, de una nación.

La educación hoy, cobra sentido en la necesidad de aprender a pensar, a dudar, a cuestionar, a lograr insertar la capacidad de imaginar, que como decía Albert Einstein “La imaginación es más importante que el conocimiento”. La educación es en esencia el arquetipo de la llave civilizatoria. Es la conducción exacta del tipo de sociedad que tenemos y que auguramos. Es el retrato fiel, el espejo exacto de lo que somos como sociedad y fiel reflejo de nuestro porvenir. ¡Solo es posible un cambio verdadero, sostenible, de largo aliento, a través de la educación! Ella es la corriente sanguínea que nos posibilita la creatividad, la innovación y genera la disrupción de los distintos escenarios de la historia. La educación y junto con ella, el aparato escolar, es lo que permea el tránsito de hacernos humano, pues como decía Fernando Savater “Nacemos humanos, pero eso no basta. Tenemos que llegar a serlo”.

La educación es el eje transversal que con su magia lo toca todo y lo metamorfea todo, en tanto que proceso. Ella se asienta en el humano para que pueda asirse en los distintos roles de la vida: rol de familia, rol de pareja, rol ocupacional y rol social. Por ello, ella es, pues, el cincel social que más acerca a los ciudadanos en el territorio. Es la espina dorsal, la médula espinal del acortamiento de la desigualdad social y la que más amplifica la autoestima y el carácter en la personalidad del individuo. Nos prepara para la vida laboral, social y para aprender a aprehender toda la dinámica del cambio que trae consigo la realidad social, económica, geopolítica, en lo local y global.

El Banco Mundial acaba de publicar un estudio acerca de los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia COVD-19 en el sector educativo en América Latina y el Caribe, donde nos dice “Las estimaciones iniciales del impacto del cierre de escuelas en ALC son abrumadoras: La ausencia de educación presencial debido al cierre de escuelas podría llevar a que, aproximadamente, dos de cada tres estudiantes no sean capaces de leer o comprender textos adecuados para su edad”.

La pobreza de aprendizaje amplía la brecha porque el impacto no ha sido igual para todos los sectores sociales.

Según la Encuesta ENHOGAR 2021: el 2.1% de la población de 5 a 24 años de edad no completó el año escolar 2020-2021. El 41.8% de la población de 5 a 24 años de edad expresó no haber completado el año escolar 2020-2021 porque no se adaptó al cambio de modalidad de clase. Sigue señalando el informe oficial “El 62.3% de la población de 5 a 24 años de edad que estuvo inscrita en la escuela, universidad o programa educativo y recibió clases virtuales o semipresenciales durante el año escolar 2020-2021, lo hizo desde un celular y solo un 15.4% de esta población recibió clases virtuales o semipresenciales desde una computadora (1.7%) o laptop (13.7%)”.

La brecha en educación, en la sociedad dominicana, es sencillamente abismal: el 94% de los que tienen ingresos altos termina el bachillerato, en cambio, en los sectores más pobres, solo 28 de cada 100 logra ese nivel educativo. Tomando en cuenta que la terminación del bachillerato no te prepara para la vida laboral.

La educación aquí asumida es la visión holística y permanente, la que concurre simultáneamente con la necesidad de la civilidad, de la construcción de ciudadanía, porque para los sociólogos, la educación es definida como “una institución social que promueve y permite la transmisión de conocimientos y habilidades entre las generaciones, por lo general por medio de la escolarización obligatoria”. No es lo mismo educación y escolarización. La educación cobra cuerpo en todos los entornos, abarca lo formal y lo informal, en tanto contiene la adquisición de conocimientos, de habilidades y el abanico sistémico y sinérgico de los distintos horizontes personales.

La escolarización, en cambio, entraña un mecanismo más formal que apunta a nuevos conocimientos y habilidades, con planes previamente diseñados. El agente clave de la socialización es la educación, como nos diría Emilio Durkheim. En la sociedad dominicana tanto la educación como la escolarización se encuentran en una crisis, que, de tan largo, la gente cuasi no lo advierte. Nos encontramos frente a una sociedad postrada, enferma, donde los mecanismos de control y de generación de valores se encuentran minimizados en medio de un cuerpo social lastrado y marginado en sus valores tradicionales y no logra alcanzar a reexaminar y encausar los cimientos de una sociedad moderna y posmoderna.

La educación cuando despliega sus alas para la posibilidad del desarrollo ocupacional se convierte en capital humano. El capital humano es el conjunto de capacidades, destrezas, talentos, comportamientos, experiencias y energías desplegadas por las personas en un trabajo determinado. El capital humano sintetiza todo el ingenio, creatividad e iniciativa de que es capaz el ser humano. El capital humano es la inversión, constituye el capital variable, el que verdaderamente añade valor, el plus crucial para que las cosas sucedan. La relación entre el capital humano y la educación: la educación construye un capital humano en el mismo modo que un fertilizante logra el desarrollo de las plantas.

Tenemos que subrayar que para el 2018-2019 el Foro Económico Global nos midió la calidad del sistema educativo primario; nos ubicaron en la posición 124/137 países. De igual manera, obtuvimos en la evaluación del nivel secundario la posición 123/137. Anexamos dos cuadros de “Pobreza de aprendizaje y resultados de PISA donde en ALC el 51% promedio de los niños y niñas de 10 años no pueden leer y entender un texto. En nuestro país es el 81%. En Trinidad y Tobago es 21%. En Chile 37, Costa Rica 33 y Uruguay 42.

Fuente: Banco Mundial “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños”

 

En el cuadro de los alumnos de 15 años de edad de ALC referido en el Informe del Banco Mundial en la página 20, en promedio se encuentran tres años por detrás de los estudiantes de la OCDE. En América Latina y el Caribe el promedio es 399. En la OCDE: 488. En Asia Oriental y Pacífico: 483. Europa Central y Asia Central: 463. República Dominicana: 334. 154 puntos menos que el promedio de la OCDE y 65 puntos menos que el promedio de la Región. Así no se construye capital humano, que es capacidad, comportamiento y esfuerzo. 

Fuente: Banco Mundial “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños”

Eso impide el eje de desarrollo de la empleabilidad, que es, al decir de Idalberto Chiavenato en su libro Gestión del Talento humano “Se emplea para indicar, por una parte, la capacidad de las personas para obtener sus empleos y mantenerlos y, por la otra, la capacidad de las empresas para desarrollar y utilizar las habilidades intelectuales y las competencias individuales de sus miembros”. La empleabilidad, de otra manera, es la “capacidad de adaptar nuestra circunstancias profesionales y personales, capacidades, competencias y conocimientos a las necesidades del mercado laboral en cada momento para no quedarnos descolgados”.

La empleabilidad va más allá de tu currículo, de tu hoja de vida. Es lo que realmente eres capaz de hacer con tus conocimientos, competencias y habilidades. Es, a fin de cuentas, tu comportamiento, lo que hablas y expresas lo que hay en ti como persona, como profesional. Tu talento, como enfrentas y transformas la realidad, tu entorno. La empleabilidad es la construcción del capital humano a lo largo de toda la vida, en la constante destrucción creativa de aprender desaprendiendo. Porque el capital humano es sinergia que se expresa en habilidad, conocimiento, destreza y talento, sumado al comportamiento y determinado por la multiplicación de esfuerzo y tiempo, traducido en compromiso y dedicación.

El salario, al decir de Chiavenato es “el pago monetario que el trabajador recibe por vender su fuerza de trabajo”. El salario representa, dice el referido autor, un intercambio de derechos y responsabilidades recíprocas entre el empleado y el empleador. En República Dominicana muy pocas veces se ha realizado aumento real de salario, vale decir, incremento del salario real. Lo más que hacemos es AJUSTE del salario, esto es, recomposición del salario real, merced a la inflación, empero, cuasi nunca por la productividad del trabajador.

Aquí tenemos 23 salarios mínimos que se han originado de acuerdo al grado de influencia de los empleadores con el Estado. Sin embargo, el salario “constituye la fuente de la renta de cada persona que le proporciona poder adquisitivo. Define su nivel de vida y la satisfacción de sus necesidades individuales”. El promedio salarial en el sector privado es de RD$28,000.00 y en el público de RD$32,500.00. Veamos los 5 Quintiles de la canasta, del Banco Central y promedio general de la misma:

Salarios no sectorizados:

  • Salario mínimo mayor en las grandes empresas RD$21,000.00
  • Mediana empresa RD$19,250.00
  • Pequeña empresa RD$12,900.00
  • Micro-empresa RD$11,900.00.

Sector Público: Salario Mínimo:

  • El salario mínimo en el Sector Público es de RD$10,000.00.

Sector Doméstica:

  • El promedio salarial en el sector doméstico es de RD$ 8,415.00.

Sectores sectorizados por Área de la economía:

  • Turismo, mínimo mayor, ya que hay tres salarios. RD$14,000.00
  • Zona Franca RD$13,915.00
  • Construcción RD$16,920.00.

Si sumamos los 9 salarios mínimos de los sectores esbozados nos da RD$128,300.00 que divididos entre 9 nos otorga un salario mínimo promedio de RD$14,255.00 En cambio, la canasta en el Quintil 1 del Banco Central al mes de abril se encontraba en RD$24,638.52 y el costo promedio general de los 5 Quintiles en la estratosférica suma de RD$41,602.00. Veamos los 5 Quintiles segmentados:

  • RD$24,638.52,
  • RD$32,188.44,
  • RD$38,199.84,
  • RD$44,389.95,
  • RD$68,593.59.
  • CANASTA GENERAL PROMEDIO DE LOS 5 QUINTILES: 41,602.00.

La inflación no afecta por igual al 40%, de los que se encuentran en los Quintiles 1 y II. El impacto en su salario real ha sido demoledor, una disminución de alrededor entre un 20% y un 30%, sobre todo en lo que tiene que ver con los bienes y servicios. La inflación tiene un promedio anualizado de 9.45, empero, hay productos que han aumentado entre un 20, 29 y 40%. Los sectores más pobres y vulnerables gastan el 80% de sus ingresos en alimentación y vivienda.

La tensión social generada por la angustia que afecta psicológicamente y emocionalmente la vida social y económica de la gente, gravitando en su calidad de vida y con ello, en su desviación y su riesgo de existencia. La sociedad y sus actores protagónicos se encuentran frente a un profundo dilema ético. Como vemos, la clave de la educación no es enseñar, es despertar como apuntaba Ernest Renán.