Un hombre ocioso se despierta cuando
el sueño lo quita, se lava la cara antes
de comer un poco de pan y hervir agua
para el té y salir hacia al resto del tiempo,

estirando los dedos de los pies, sus
brazos girando como molinos de viento,

su hija a su lado en su propio camino,
recibiendo consejos y tomando
algunas fotografías perdurables.