Solo los seniles se dan el lujo de despreciar a la historia. La gente con tino, y no solo los historiadores, la valoran, aunque sea para no repetirla. La sociedad debe tambien interesarse en su preservación para que pueda ejercer su función social de referente identitario y creador de la conciencia histórica que actúa de argamasa de la unidad nacional. Por suerte tan importante mision se puede ahora cumplir mejor con su digitalización.
La preservación de la historia se impone por lo que ella implica. “Es una ciencia que nos permite conocer el pasado para entender el presente que vivimos y construir nuestro futuro. Es importante estudiar historia en la actualidad para entender el cambio de la sociedad actual y cómo surge la sociedad en la que vivimos.” “Es buscar en profundidad las razones para explicar la propia identidad, para comprender la moral de la sociedad, para entender a la gente, pero, sobre todo, para tener un criterio propio a la hora de analizar las interpretaciones contradictorias que surgen en el día a día.”
La reflexión procede en ocasión del jaque mate que le han presentado a la Academia Dominicana de la Historia (ADH). La sombría amenaza proviene del reciente remozamiento de la Calle Las Mercedes donde se encuentra ubicado su local principal (antigua casa del dictador Lilis). Al este conllevar un ensanchamiento de las calzadas –delimitadas ahora por hostiles bolardos– y el estrechamiento del área de rodamiento de los vehículos se torna imposible el parqueo en sus inmediaciones. Y eso afectara indefectiblemente la asistencia a los actos de la entidad.
A la ADH asiste gente tambien a realizar consultas en su extraordinaria biblioteca. Portadora de algunas valiosísimas colecciones privadas de libros de historia dominicana (Vetilio Alfau, Emilio Rodriguez Demorizi, etc.), los investigadores pueden en ella abrevar en los textos de nuestra historia más difíciles de encontrar. En el 2019 la biblioteca fue trasladada a la remodelada Capilla de la Soledad, un inmenso y elegante espacio adyacente a la Iglesia de Las Mercedes. Pero tanto para los actos como para el uso de la biblioteca en esa nueva ubicación, el problema del parqueo aconseja reubicar ahora a la ADH.
Es preferible que, dado el oficio de la ADH, la reubicación sea en el mismo recinto del Centro Histórico de Santo Domingo. Ahí el Estado tiene 93 propiedades –muchas de las cuales están asignadas a diferentes entidades—y es seguro que alguna de ellas pueda albergar las instalaciones, incluyendo su biblioteca. Por ejemplo, el Palacio de Borgella, la sede de nuestro primer gobierno republicano no solo contiene espacio de oficina mas que suficiente, sino que tambien dispone de un salón que albergaria mas del doble del público que hoy puede asistir a los actos de la ADH. El uso actual de ese sitio es mucho menos importante de lo que seria el de la ADH y puede reubicarse, por su pertinencia, al cercano Palacio Consistorial.
A tomar en cuenta tambien es la muy particular biblioteca que auspicia la Sociedad Dominicana de Bibliófilos (SDB) Esta contiene varias colecciones que son atinentes a la historia y el perfil del pueblo dominicano, por lo cual compagina con los contenidos de la biblioteca de la ADH. Las oficinas administrativas de la ADH podrían mudarse al actual edificio de la SDB, ubicado en la remozada Calle Las Damas. Tanto en un lugar como en el otro se confrontará el problema del parqueo, pero el proyecto de movilidad eléctrica que financiera la UE para el Centro Histórico mitigaría el problema.
¿Qué hacer con la Capilla de la Soledad? Ahí podría desarrollarse algún tipo de tienda que genere fondos para la ADH y que esta pueda usar en proyectos históricos. (Una heladería, una tienda de souvenirs, un restaurant, etc.) La remodelación y conversión en museo de la vivienda de Jose Gabriel Garcia es uno de los que clama por atención.
De cualquier modo, por la ubicuidad del problema de parqueo en el Centro Histórico debe tambien considerarse la alternativa de mudar todo lo de la ADH a la Biblioteca Nacional. (Un plan piloto del MITUR unirá con autobuses eléctricos al Centro Histórico con la Plaza de la Cultura.) Esta contiene una cantidad de espacio ocioso que podría albergar no solo los actos sino tambien la fundidas bibliotecas de la ADH y la SDB. El público es escaso tanto para la Nacional como para estas dos últimas bibliotecas y su mision más importante sería la de preservación de los libros físicos.
Para importantizar aún más la historia nuestra, los tiempos requieren planear su total digitalización. La primera biblioteca digital se originó en los EEUU. “En 1971, el estadounidense Michael Hart decidió utilizar internet para crear una biblioteca de libros electrónicos gratuitos que ya existían físicamente. El resultado fue el Proyecto Gutenberg, la primera biblioteca digital de la historia.” Hoy día una de las más grandes biblioteca digital es la de UNESCO, cuya organización puede servir de modelo para la de nuestra historia.
La idea de que exista una biblioteca de libros de historia ya se ha concretizado en Espana y otros paises. Y aunque no está especializada en libros de historia, hoy en día la UASD tiene una biblioteca digital con mas de 12,000 volúmenes en el formato digital. El proyecto para digitalizar todos los libros de historia dominicana requiere de un apoyo que el Banreservas o la misma Asociacion de Bancos (ABA) deberían patrocinar. Los costos no serían exorbitantes porque no se trata de la Biblioteca de Alejandría.
Tal digitalización contribuiría mucho mas al conocimiento de nuestra historia que los enormes y costosos libracos que produjo el AGN porque nadie los puede comprar ni transportar fácilmente. Y en ese esperpento de libro se gastó más de lo que podría costar la digitalización de nuestra historia. Y el AGN puede ahora enlazar con la ADH para multiplicar las obras que se digitalicen, en vista de que ya tiene un acervo importante en este medio digital.