Con muchos deberes incumplidos, con muchas expectativas y esperanzas relegadas, con muchos compromisos mutilados, con muchas urgencias detenidas, con muchos futuros ignorados, así duerme el Pacto Nacional para la Reforma Educativa, ordenado mediante el Decreto 228-13, en cumplimiento del mandato de la Ley 01-12 de la Estrategia Nacional de Desarrollo.
Pocos saben de él. Poco se sabe de él. Tan sólo que duerme desde el 10 de diciembre del 2019. Ojalá que durante este tiempo de “hibernación” no haya olvidado su esencia, su identidad y su razón de. Ojalá que más bien haya vigorizado sus deberes mientras esperaba superar sintonías denegadas o democracias ausentes en sus obligaciones de escuchar e integrar a muchos más.
A sabiendas de que en estos momentos urge retomar el Pacto Nacional para la Reforma Educativa para asumir con responsabilidad efectiva, visible y representativa los grandes desafíos que enfrenta el sistema educativo dominicano como resultado de múltiples factores, entre ellos el impacto disruptivo de la crisis sanitaria producida por la pandemia de la COVID-19, un grupo de organizaciones de la sociedad civil lanza la alerta para despertarlo. Los representantes del gobierno deberán estar ahí cuando despierte. ¡Les toca por derecho!
Y habremos de sumarnos como país a este honroso llamado encabezado por el Hno. Pedro Acevedo, en representación, por delegación, de la Pontificia Universidad Madre y Maestra, la Universidad Iberoamericana, la Asociación de Jóvenes Empresarios, Alianza ONG, Centro Cultural Poveda, Centro Juan XXIII, Ciudad Alternativa y EDUCA.
También están representado el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Fe y Alegría, Foro Ciudadano, INICIA Educación, Misión Educativa Lasallista, Plan Internacional y Unión de Escuelas Católicas. ¡Hemos de ver que esta lista crezca en los próximos días. ¡Nosotros nos sumamos!
En comunicación reciente dirigida al Consejo Económico y Social, CES, los firmantes solicitan con la celeridad que las circunstancias exigen la convocatoria de la Asamblea del Pacto dado que la misma no se reúne desde hace tres años.
Las instituciones representadas justifican la solicitud de la convocatoria “por el hecho de que en este año 2022 se cumplen 30 años del Primer Plan Decenal y ocho de los dieciséis para los cuales fue firmado el Pacto”, escenarios de los cuales hay tareas y compromisos pendientes para el mejoramiento de la calidad de la educación del país.
En su comunicación declaran: “Consideramos que es el momento de someter el sistema educativo nacional a un análisis profundo que nos permita valorar, por un lado, lo realizado y no lo realizado durante estos 30 años, en que la sociedad dominicana ha invertido tanto dinero y esfuerzos para avanzar hacia una educación de calidad, sin que hayamos logrado avances significativos, Por otro lado, consideramos que el Pacto amerita una evaluación de medio término”.
Destacan que este “ejercicio de evaluación” debe servir para revisar las prioridades y consensuar lo que debemos hacer en los próximos años para alcanzar los objetivos de calidad y de equidad que la sociedad aspira para el sector educativo.
El llamado también significa un relanzamiento, “una resurrección” de los objetivos consensuados cuando se firmó el Pacto, y que deben reanimarse y reasumirse en un escenario de diálogo y concertación para garantizar un clima de convivencia y participación democrática, sin que sobren sillas ni falten participantes.
Confiamos en que el licenciado Rafael Toribio, presidente del CES, quien, además de ser un gran educador, participó en la firma del Pacto, pueda darle un cumplimiento ágil a la solicitud de convocatoria de la Asamblea del Pacto que elevan las instituciones solicitantes. ¡No esperamos menos!
Porque la calidad de la educación del sistema educativo nacional es responsabilidad de todos los ciudadanos. Despertemos el Pacto Nacional para la Reforma Educativa. ¡Unámonos a las voces que alertan para que ello suceda más temprano que tarde!