Una de las mejores experiencias políticas que hemos tenido son, sin duda, los debates de postulantes de los principales partidos a importantes cargos electivos, debates tan públicos y abiertos como los canales de televisión que les sirven de escenario, aunque todo lo que hemos presenciado hasta ahora, más allá de las simpatías inmediatistas que provoca todo espectáculo público, nos lleva lamentablemente otra vez a hacernos dos preguntas: ¿Estos candidatos y candidatas piensan lo que dicen? Y la otra: ¿Dicen lo que realmente piensan?… (En fin, seguimos en lo políticamente indescifrable).