No habla, pues no tiene nada qué decir. No les habla a los dirigentes de su partido (un boschismo organizado que ya no existe), pues no le escuchan. No les habla a los demás líderes políticos, pues no les interesa escucharlo. No defiende lo que hizo o no hizo en el Gobierno (pues no recuerda nada). Ya no participa en ninguna actividad pública (ni siquiera en una fiesta patronal), porque no resiste un abucheo. No va a la prensa escrita, ni a la televisión, ni a la radio (porque ya solo provoca pena). Ya no viaja ni siquiera a Haina (porque en ningún lado causa asombro)…El pueblo resume todo: “Danilo ya es un muerto en vida”…(Con razón se retira).