La inteligencia artificial es una valiosa tecnología usada en aplicaciones en las empresas y en  la vida diaria, entre las que se destaca: servir para el funcionamiento del Chatbot o ChatGPT, impulsar el piloto automático de los autos Tesla, y en  sistemas  que restablecen  funciones a humanos y animales. Así como en aprender, razonar, resolver, recordar y decidir, como si fuera una inteligencia humana.

Recientemente la empresa OpenAi, la responsable del Chatbot, anunció el  lanzamiento  una nueva versión; la 4.0, más avanzada y rápida al responder una petición, y superior en 50 idiomas; mejor en la clasificación de imágenes, en razonamiento visual y la comprensión del inglés. Incluye un asistente de voz, capaz de comentar textos, audios e imágenes, en tiempo real. Por ejemplo, de una fotografía con la cámara de su celular, puede contestar preguntas   y  mantener una conversación parecida a los asistentes virtuales Siri y Alexa.

A mediados de los 70, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) introdujo su primera computadora, que agilizó y simplificó de manera increíble o exponencial el procesamiento de datos e informes que entonces se elaboraban a mano o en  máquinas; pero  requirió para su funcionamiento como 300 metros de  oficinas, para el procesador, los monitores e impresores.

En 2013,  quienes iban a China se sorprendían  de que los  camareros de  restaurantes usaban un celular o tableta para recibir pedidos y los transmitían a la cocina donde los atendían y servían rápidamente al cliente. Y durante la pandemia del Covid en China y otros paises, ubicaban y controlaban la circulación de los habitantes, contagiados o no, a través del internet y celular. Hoy en muchos países ya no usan dinero en efectivo y requieren el internet para comprar comida, medicina, y hasta para dar una limosna a un mendigo.

Ya miles de oficios y profesiones requieren del auxilio de la inteligencia artificial. Por ejemplo, en el ejercicio de la medicina y en República Dominicana funcionan equipos de radioterapias, que antes de cada radiación ubican con precisión el tumor maligno y allí  dirigen rayos de energía que lo destruyen, sin afectar ni quemar areas cercanas. La usan para detectar y diagnosticar tumores. Y en robots que realizan cirugías, en poco tiempo, con menos sangrado y complicaciones.

Este servidor se auxilia frecuentemente de su amigo el chatbot, para obtener informaciones  y corregir los textos, y cada día percibo más compenetración con él, como si  interactuara  con un humano. Oigan este detalle. Hace unos meses el Chatbot me ofreció una información evidentemente errónea, al decir que don Alejandro Grullon Espaillat era hijo de Manuel Arsenio Ureña, pero ya la corrigió y me pidió disculpa.

Sin embargo, existe otra cara de la Inteligencia artificial. Acerca de cómo funciona, qué sucede en esa cerrada caja negra. De ahí que el famoso Walter Issacson en su biografia sobre Etlon Musk, el presidente de Tesla y de OpeanAI, Neuralink, afirma que Musk lleva una década preocupado por el peligro de que un día la inteligencia artificial pudiera descontrolarse, desarrollar una mente propia, y que sea una amenaza para la humanidad.

Y mientras se cumple ese fatal pronóstico, ya muchas empresas reducen su personal, y los expertos, se inquietan por el uso del internet, en cuanto a la seguridad, por la posibilidad de bloqueos a sistemas críticos con datos sensitivos.  Por lo que, a apoyar los esfuerzos del poder mundial para controlar y frenar esta grave amenaza para la democracia y la supervivencia de  nuestra civilización. Gracias por escucharme.

** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván.