El próximo martes será 14 de junio. Fecha en que conmemoramos, todos los dominicanos verdaderos, no me pregunten cuáles son los falsos, que ustedes, amigos lectores, saben muy bien cuáles son, un aniversario más, el 63, de la Gesta Patriótica por la llegada de los expedicionarios que al mando de Juan de Dios Ventura Simó y Enrique Jiménez Moya, “llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal”. Y con la excusa de la supuesta implementación de otro régimen autoritario, pero esta vez que les arrebatara el poder y la francachela a quienes los tenían bajo la tiranía trujillista, este intento de buscar la libertad, la vigencia de los derechos ciudadanos y la democracia VERDADERA, fue destruido y diezmado, cobrándose la vida de la mayoría de nuestros hoy Héroes de la Patria.
Como sabemos, los intentos por alcanzar la anhelada libertad y democracia no cesaron. El gobierno de Juan Bosch y los intentos por restablecerlo, la asonada constitucionalista y la Guerra Patria de 1965, los comandos que enfrentaron los fatídicos 12 años de continuación de la tiranía, que ya no debería tener nombre, sino verse como proceso de denegación de la democracia, los derechos y la libertad. Pero esto no pretende ser una clase de historia, porque ésta nos la sabemos todos. Aquí lo que haremos será poner sobre la mesa la debacle moral a que ha llevado nuestra sociedad la lucha contra el supuesto “comunismo” y que hoy ha cegado una vida valiosa, como una manifestación rabiosa de cómo se impone a base de lo peor.
Y es que en nombre de una supuesta libertad, que solamente tienen unos pocos, se ha llevado a la población, mediante el espejismo del “crecimiento económico” y los niveles indetenibles de consumismo, que por demás se llevan el medio ambiente por delante, a entregarse al dejar hacer, y aprovechar la oportunidad, el “to e to y na e na” tan mencionado, que mientras nos resolvía chilatas, arriba lo que se cuece es nada atractivo. Pero entonces nos quejamos de la “inseguridad ciudadana”, y que los atracadores de los barrios, la violencia, como si todos estos problemas no fueran más que síntomas de la enfermedad que los que combatieron el dichoso “comunismo” han forjado.
A 63 años de la llegada de los expedicionarios del 14 de junio, tenemos diferentes tipos de atracadores, pero donde están no se hace patrullaje. Y nuestro malogrado ministro Orlando Jorge Mera lo había mencionado en entrevistas que hoy, ahora sí, se repiten, se escuchan y se les presta atención, ojalá, para saber qué situaciones estaba enfrentando en su función pública. Lamentamos profundamente que lo haya hecho sólo, y que ello le haya costado la vida. Porque no podemos pensar que el hecho de someter a la justicia al psicópata inestable que asesinó a Jorge Mera no significa que no haya muchos otros psicópatas estables que querrán que el desorden y las mafias forjadas durante la tiranía de los gobiernos de los últimos 20 años continúe, y de los que consideran que la libertad y la democracia son para ellos hacer y deshacer en la sociedad, sin control y en verdadero régimen de impunidad.
Lo que ha ocurrido, lo que hemos sufrido y enfrentado en esta semana nos ha conmocionado y estremecido a todos los buenos y verdaderos dominicanos. Pero no sirve de nada conmoverse, si no nos movilizamos. Las leyes que sí tienen completa vigencia y se cumplen al pie de la letra, éstas son las del amiguismo y el servilismo deben ser revisadas para que todo el comportamiento ciudadano deje de ser la rueda sobre la que la delincuencia de las mafias denunciadas por Jorge Mera han circulado libremente, mientras nosotros todos lo vemos pasar, no hacemos absolutamente nada, más que aprovechar la oportunidad de sacar beneficios de la situación, para no “ir contracorriente”. No apretamos el gatillo, pero sí somos responsables de esa muerte. Y de las que faltan. Ya escuché a ingenieros decir que de dar el pésame no se iba a pasar, por un texto de corre en redes pidiendo que se tomen medidas institucionales que controlen los delitos que se cometen en el Ministerio de Medio Ambiente. Y fíjense que no sería mala idea que el Ministerio Público se diera una vueltecita por allá, que la Contraloría también se diera su vueltecita a ver qué se cuece y cómo en ese Ministerio, y no sólo en la sede central, sino también en las Direcciones Provinciales, donde la gestión ambiental se encuentra manga por hombro, pero que es algo que las instituciones competentes deben investigar. Y esto no es un comentario, es una solicitud ciudadana responsable. El Ministerio Público debe hacer investigaciones sobre el funcionamiento de ese Ministerio, tal vez incluir al Ministerio de Obras Públicas en el tema del cumplimiento de las leyes en cuanto al manejo ambiental de los recursos naturales de acuerdo a la Ley 64-00 de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Algo que puede también involucrar, claro que sí, a la Procuraduría de Medio Ambiente.
Repito de nuevo, la población, que ha asistido de manera superficial a la francachela de la corrupción y la debacle moral que nos está carcomiendo por dentro y por fuera, que le hagan un PARE, porque buena parte de nuestra conmoción y consternación de hoy, es nuestra culpa, aunque no hayamos tirado del gatillo en el despacho del ministro. Asumámoslo y actuemos en consecuencia.