El próximo domingo 29 de mayo se celebran en Colombia elecciones para la Presidencia de la República, muy especiales en esta ocasión. La posibilidad de un triunfo de una amplia coalición de izquierda (Pacto Histórico), encabezado por Gustavo Petro, ex integrantes del M-19 en los años 80, ex Senador en dos ocasiones, ex Alcalde de Bogotá y ex contendiente en la segunda vuelta al actual presidente Iván Duque. Todas las encuestas realizadas en los últimos meses dan a Petro ganador por amplio margen, el punto que se plantea que podría ganar en primera vuelta. La historia política de Colombia es una historia de mucha violencia y muchas desigualdades. Alta concentración del ingreso y extremo conservadurismo.
Colombia es un país hermano. Muy cercano a los caribeños, siendo ellos mismos muy caribeños. Estar en Cartagena, en Barranquilla o Santa Marta es casi como estar en La Habana, en Santo Domingo o Santiago (de Cuba o de los Caballeros) y San Juan de Puerto Rico. Colombia es un continente de diversidad. Desde los costeños caribeños, los muy especiales paisas de Antioquia y el antiguo “Eje Cafetero”, -los departamentos además de Antioquia, de Caldas, Risaralda y Pereira-; los “cachacos” de los Andes, el departamento afrocolombiano del Chocó que abarca mas del 50% de la costa del pacifico colombiano, y los alegres caleños del Valle del Cauca. Colombia es un continente. No debemos olvidar la Amazonia colombiana y Los Llanos gemelo con los llaneros venezolanos, y que abarcan los departamentos de Arauca, Casanare, Vichada y Meta.
A partir del asesinato del líder de masas liberal, Jorge Eleazar Gaitán en abril de 1948 en Bogotá, se desata lo que el profesor Bosch llamó una poblada masiva, permanente y muy airada que dio lugar al llamado “Bogotazo”. El Bogotazo se extendió por diez años como una guerra civil muy sangrienta entre liberales y conservadores. Hace 74 años del Bogotazo y Colombia nunca más fue igual o hubo paz prolongada.
Primero se desató otra mas de las guerras civiles tan expandidas en el siglo XIX y principios del XX entre liberales y conservadores. Las matanzas de la guerra civil iniciada con el Bogotazo se extendieron por 10 años, hasta que los dos partidos tradicionales negociaron el llamado pacto del Frente Nacional. Mediante dicho acuerdo, que estuvo vigente entre 1958 y 1974 extendido hasta 1978, los liberales y los conservadores se repartieron el poder como una piñata. Veinte años de alternancia en el poder entre liberales y conservadores y nada más, dividiendo incluso los puestos de gobierno y de los gabinetes. Fue un pacto para acabar la violencia entre liberales y conservadores, pero que nunca acabó con la violencia social existente. Al contrario, podría decirse que generó mas violencia.
En las guerrillas liberales se fue asentando un sentimiento de traición por los políticos de Bogotá y las capitales de provincia, lo que dio lugar disidencias de los campesinos guerrilleros, en particular a la llamada “República de Marquetalia”, que se constituyó en el antecedente mas importante de la insurgencia de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) a inicios de los años 1960, poco después del Frente Nacional. El mayor líder de las antiguas guerrillas liberales fue las encabezadas por el mítico comandante Manuel Marulanda Vélez, alias Tiro Fijo, en pleno corazón de la sierra colombiana en los departamentos del Tolima, Cauca, Huila y en emplazamientos de Cundinamarca y Bogotá. La conjunción de esas “repúblicas independientes” y sus combatientes de origen liberal y el Partido Comunista de Colombia, dio como resultado el surgimiento de las casi inexpugnables FARC, que hasta el acuerdo de paz de 2016, negociado entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la dirigencia del más antiguo y fuerte movimiento armado insurgente de toda América Latina.
En las elecciones primarias de los distintos partidos –una especie de lo que aquí se rechazó como PASO argentinas- la coalición Pacto Histórico, eligió a Gustavo Petro como candidato, y a Francia Márquez, una líder afrocolombiana, ambientalista y feminista, que sacó una alta votación y quedó como tercera mas votada a nivel nacional. El Pacto Histórico está formado por mas de 23 organizaciones de diversa tipología. Evidentemente, Petro la seleccionó como candidata vicepresidencial a Francia Márquez, una candidata de ruptura con la tradición colombiana, donde dominan hombre, blancos y de altos ingresos. En realidad el Cambio en Colombia ya comenzó. La última encuesta de CELAGeopolitica, de mayo de 2022 otorga una preferencia a Petro de 48% frente a 21,8% a Rodolfo Hernández, un outsider, populista de ultraderecha, y a Fico Hernández, candidato del uribismo y la derecha neoliberal un 21,4%, para casi para un empate técnico. Aún sumando ambos candidatos, no llegan a igualar las preferencias por Petro.
Colombia conoció un gran retroceso en la actual administración saliente. Los grupos armados irregulares, sean disidencias de las FARC, del ELN o la gran diversidad de grupos paramilitares de extrema derecha, se aprovecharon de la pandemia del COVID para extender su control del territorio a un 37%. La represión hacia los luchadores por los derechos humanos, defensores ambientales o sindicalistas es histórica en Colombia. Está clasificada por la Federación Sindical Internacional (CSI) entre los países mas peligrosos del mundo para los trabajadores y trabajadoras. A esto debe agregarse las dos explosiones sociales de 2019 y de 2021 en las cuales las unidades de la ESMAD (escuadrón anti motines de la Policía) asesinaron decenas de jóvenes y manifestantes en las extensas protestas de esos años.
Como bien caracteriza el Pacto Histórico, Colombia se mantiene en un modelo de extractivismo petrolero, carbonero y minero, el neoliberalismo mas descarnado y la violencia permanente. La situación actual deriva de un control directo o indirecto de la política colombiana de una persona en particular, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), la fuerte influencia que ejerció en la primera elección de Juan Manuel Santos en 2010, su ministro de Defensa, y la estrecha dependencia de Iván Duque de su mentor el ex presidente Uribe. El ex presidente de Medellín fue central en la derrota del referendo de los acuerdos de paz en 2016. Parece que esa influencia en la política colombiana de Uribe de casi 20 años ha concluido. Sin embargo su huella aún se mantiene. La confrontación extrema con lo que llama el “castro-chavismo”, Venezuela y su gobierno ha llegado a momentos de tensión casi bélica. La extrema dependencia de la política exterior de los EEUU, de sus fuerzas armadas –existen 7 bases del Ejercito Colombiano cedidas en uso a las fuerzas militares de EEUU-, al punto que la ultima ocurrencia del Presidente Duque para amarrar la situación colombiana es ingresar Colombia en la OTAN como –“socio preferente”- en América del Sur y El Caribe, lo que plantea desafíos enormes a un gobierno de transformación, soberanía y cambio.
La casi segura victoria del Pacto Histórico constituiría una especie de choque eléctrico para toda la región. Conformaría un amplio avance de las políticas antineoliberales uniéndose así al triunfo de Gabriel Boric en Chile, de Xiomara Castro en Honduras, de López Obrador en México, de Pedro Castillo en Perú, de Lucho Arce en Bolivia lo que será un impulso enorme para la “madre de todas las batallas”: la posible elección de Lula en Brasil en octubre de este año. Colombia es como un gran porta avión entre El Caribe y el Pacifico en el extremo norte de América del Sur. El inicio de un posible de Cambio con el anunciado triunfo de Gustavo Petro modificará toda la geopolítica de la región y su peso en el mundo.