Hace precisamente un mes. En la tarde. Murió Chester, mi inseparable Golden Retriever. Cada segundo le ladra a mi corazón. Cada segundo traigo a mi mente su biografía plagada de amores llenos de humanidad. Cambió mi tristeza por sus miradas amorosas y con su muerte comienza una nueva historia salpicadas de eternidades.
He encontrado un poema conmovedor que “dibuja” el cielo de las mascotas. Más de una docena de personas reclamaron la autoría del querido poema, pero la verdadera creadora no tenía ni idea de los millones de dueños de mascotas que ha reconfortado con sus palabras. Se trata del poema “El Puente del Arcoiris”.
Sin embargo, a pesar de los millones de vidas que ha tocado El Puente del Arcoíris, la autora del poema ha permanecido desconocida, hasta ahora. Se trata de Edna Clyne-Rekhy, una artista escocesa de 82 años amante de los animales. Hasta hace poco, no tenía ni idea de que el poema que escribió hace más de 60 años (en honor a su perro Major) había reconfortado a tantos otros.
En honor a Chester aquí lo traigo:
“En este lado del paraíso hay un lugar especial llamado el cielo de las mascotas.
Cuando muere un animal que ha estado especialmente unido a alguien, su mascota va a ese sitio.
Hay praderas y colinas para que todos nuestros amigos especiales puedan correr y jugar juntos; hay mucha comida, agua y sol. Están calentitos y cómodos.
Todos los animales que han estado enfermos y viejos recuperan la salud y la fuerza, los que estaban heridos vuelven a estar mejor y fuertes, como los recordamos antes de que se fueran al cielo de las mascotas.
Están felices, excepto por una cosa: cada uno echa de menos a alguien muy especial que tuvo que dejar atrás.
Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno se detiene de repente y mira a lo lejos, le brillan los ojos y su cuerpo se estremece. De repente se aleja de la manada, corriendo sobre la hierba; sus patas le llevan cada vez más rápido, y cuando tú y tu amigo especial por fin se encuentran, se funden en un abrazo feliz para no volver a separarse nunca más.
Lloran de felicidad mientras tus manos vuelven a abrazar su cabeza. Vuelves a mirar sus ojos confiados, que hace tanto tiempo que se fueron de la vida, pero que nunca han estado ausentes de tu corazón, y entonces cruzan juntos el Puente del Arcoíris.”
Edna Clyne-Rekhy