Cuando se pase balance a su gestión seguramente se hablará de la recogida de basura con sus vertederos, la limpieza de calles y aceras con sus escobas, la señalización de sus vías con sus letreros, la limpieza de las cloacas con sus lluvias y la circulación por sus calles con sus escasas bicicletas…Todo eso está muy bien. Pero lo que le hace un espacio muy especial y prácticamente exclusivo en la historia urbana a Carolina Mejía es haber embellecido y humanizado los parques grandes, medianos y pequeños, convirtiéndolos en modernos ámbitos para la convivencia comunitaria, para las fiestas familiares y para el juego infantil.