Los centros educativos del país, públicos y privados, cumplen a cabalidad su misión de hacer que quienes salgan de sus aulas sean mujeres y hombres que sirvan como ejemplo de lo que es un ente social aleccionado para servir al régimen económico vigente.
1.- Nuestro país, al igual que cualquier otro civilizado, está organizado bajo un sistema social que regula interdependencia de conexiones.
2.- Ese conjunto ordenado de reglas y principios determina la forma como está organizada la sociedad dominicana, el Estado, el gobierno, las instituciones y los organismos.
3.- El sistema económico y estatal, la forma de gobierno y los métodos por medio de los cuales las clases sociales gobiernan, representan el régimen de poder, el dominio social absoluto.
4.- Bajo cada sistema, el poder real es el que se apoya en las palancas decisivas de la vida económica, política y social concentradas en el Estado. El poder formal carece de capacidad para decidir, lo que sí hacen los poderes públicos.
5.- El papel determinante en el sistema que predomina en nuestro país, descansa en la desigualdad de oportunidades, y tiene la ideología de las clases dominantes, que sirve de guía y control de la mente de la mayoría de los que componen la población.
6.- En nuestro medio, la facultad de pensar está condicionada por las ideas de los que poseen el control del Estado y sus instituciones. Ellos tienen el dominio de lo que se enseña, del sistema educativo.
7.- El maestro introduce en el cerebro de las niñas y los niños conceptos convenientes al orden establecido, al statu quo.
8.- Para las muchachas y los muchachos de aquí, la instrucción que reciben es para acostumbrarse a aceptar vivir bajo el actual ordenamiento económico y social. Son adiestrados para adaptarse, no para rebelarse.
9.- El maestro dominicano se sale del sistema si se ocupa de formar a sus discípulos con la idea de que el modelo económico imperante aquí es contrario al desarrollo humano y social. Lo suyo es preparar al ciudadano dócil al sistema.
10.- Los centros educativos del país, públicos y privados, cumplen a cabalidad su misión de hacer que quienes salgan de sus aulas sean mujeres y hombres que sirvan como ejemplo de lo que es un ente social aleccionado para servir al régimen económico vigente.
11.- La jovencita o el jovencito que recibe educación en el colegio o en la universidad, en ningún momento está llamado a escuchar de parte del educador un cuestionamiento de lo mal que vive nuestro pueblo y la causa de sus padecimientos.
12.- Lo normal es que cada sociedad, partiendo del sistema que le sirve de sostén, forme ideológicamente a sus miembros. Semejante situación la comprobamos en nuestro país.
13.- El comportamiento político que asume hoy el joven que sale graduado de un centro universitario es, por lo general, el de un profesional para el sistema.
14.- Moldear a un ser humano para que responda al interés y conveniencia del sistema que domina aquí, nos dice que no andamos por buen camino a nivel de fortaleza en la libertad de pensamiento.
15.- Sin lugar a dudas, el ordenamiento vigente ha encontrado el material ideal para servirle de manera útil. El servidor sistémico de ahora se conforma con poca cosa, le bastan las lisonjas.
16.- Mientras tanto, lo mejor del país debe seguir confiando en que, aun dentro del mismo sistema, han de salir mujeres y hombres de honor, dispuestos a ligar su destino con la liberación de su pueblo de toda clase de opresión.