Leímos en la prensa, hace poco, dos noticias con elementos que podrían parecer contradictorios. Un artículo, publicado en el Diario Libre el 5 de marzo, señalaba que República Dominicana tiene una puntuación de 91 en una lista de países cuyo promedio de bienestar mental es de 65. Siendo definido el bienestar mental como la habilidad de manejar la vida y sus múltiples tensiones y desafíos.

Esta calificación nos sitúa a la cabeza de una investigación sobre el estado mental del mundo, seguidos por Sri Lanka con 89 puntos y Tanzania con 88.

Para entender estos resultados es interesante saber cómo se han medido estos datos y qué pretenden evaluar. Expertos del laboratorio estadunidense Sapiens Lab, tomando en cuenta que a medida que cambia el entorno social, tecnológico y cultural nuestro bien- estar mental y nuestra capacidad funcional evolucionan de manera que aún no entendemos, han creado la base de datos más grande del mundo con perfiles de salud mental completos junto a factores demográficos, de estilos de vida y experiencia vital de la población global que tiene acceso a Internet.

Esta base de datos se nutre con una encuesta anónima, el MHQ en línea, que se completa en 15 minutos. El MHQ es una fotografía de la auto percepción del entrevistado. No es una medida de felicidad o de satisfacción.

La recolección de estos datos esta siendo utilizada para mapear el bienestar y la capacidad funcional de las personas y poblaciones alrededor del mundo, entender las causas subyacentes de las últimas tendencias en el deterioro de la salud mental y presentar soluciones preventivas que produzcan cambios positivos en la salud mental.

Sin embargo, el hecho que esta encuesta va únicamente dirigida a usuarios del Internet podría explicar resultados que parecen en contradicción con la observación práctica.

En lo que concierne a Sri Lanka, que se lleva la palma del bienestar con la República Dominicana, llama la atención que la crisis económica que atravesó este país de 2021 a 2022 aumentó la pobreza en un 25% y que el gobierno, instalado en el poder en 2022, ha acudido al tradicional autoritarismo y a prácticas antidemocráticas contra la disidencia y las minorías. A pesar de este sombrío panorama, este país figura como el segundo en la lista ¿Será que los problemas mentales aparecen más a menudo entre las personas que tienen todavía un acceso limitado o donde la gente no es capaz de identificar lo que es un problema mental?

En cuanto a nosotros, este resultado puede también parecer un tanto sorprendente para quienes se preocupan por la salud mental de la población dominicana, inquietud que afloró a pocos días de la publicación de los resultados de la investigación norteamericana, en entrevistas realizadas a varios psiquiatras dominicanos por el Listín Diario y que manifestaron que la salud mental esta en crisis y rezagada.

El ex director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Ángel Almánzar, habló del aumento significativo de personas “que demandan atención en salud en centros públicos y privados del país, llegando a niveles que en ocasiones pueden considerarse alarmantes”. Para el psiquiatra José Miguel Gómez, hay una amplia lista de problemas sin solucionar en materia de salud mental en la República Dominicana.

Las fuertes desigualdades, la violencia intrafamiliar, el querer parecer a todo costo, los feminicidios, el incremento de la delincuencia y la incivilidad creciente acompañados de preocupaciones económicas son realidades que impiden un desarrollo satisfactorio del bienestar mental. Además, las inmensas deficiencias en la educación y los altos costos de la salud mental conducen a la falta de conciencia de su importancia y entorpecen el acceso a profesionales de la conducta.

Los problemas en nuestro país se resuelven a menudo con una burla, un relajo, una chercha, un can, un jumo, consumo de sustancias, pleitos o buscándosela. Estas acciones no siempre afectan la auto estima de quienes la propician ni su habilidad a buscar alternativas; sin embargo, no son siempre señales de una buena salud mental.

En ocasión del Día de la Felicidad que se celebra el 20 de marzo es oportuno recordar que la felicidad es un componente de bienestar mental y que erradicar la pobreza, reducir al mínimo la desigualdad en el mundo, cuidar y proteger el planeta hacen parte de los objetivos del Desarrollo Sostenible que los países deben todavía alcanzar para lograr felicidad y bienestar mental. ¡Al final todo depende de cómo uno entiende y analiza las estadísticas! ¡De lo que se trata es de ser feliz, no solamente un día al año!