1.- Una vez la sociedad humana se descompone en lo ético y moral, por la degradación de los miembros que la constituyen, necesita ser regenerada para rehacerla con nuevas normas de conducta.
2.- Habilitar de renovado comportamiento a los integrantes del medio social dominicano, requiere de una profunda modificación en la manera de actuar, para así lograr un cambio de los principios que guían a hacer el bien y evitar el mal.
3.- Con el objetivo de conseguir que la juventud dominicana, que todavía puede ser salvable, tome el camino de la decencia, procede ponerle como ejemplo a semejantes que aquí pueden ser imitados.
4.- Para bien ilustrar a los jóvenes que están en condiciones de ser debidamente orientados, lo más conveniente es recurrir a los que ellos pueden ver como perfecto modelo de su generación.
5.- Los muchachos, nuestros connacionales de corta edad, deben ser estimulados, inducidos para que tomen como buena fuente de orientación a los que en cada actividad o disciplina son sobresalientes.
6.- No hay duda de que todo aquel que logra distinguirse es porque reúne excepcionales condiciones intelectuales o físicas, que evidencian la razón de ser excelente.
7.- Nada de indecisión. Sin titubeo de ninguna clase hay que admitir que en nuestro país los atletas dominicanos de ascendencia haitiana son dignos ejemplos de superación.
8.- No es más que pura mezquindad, querer poner a los atletas dominicanos de ascendencia haitiana, por debajo de la gran importancia y valoración que tienen en los deportes.
9.- Jamás debemos de caer en puerilidad, en nimiedades, queriendo desconocer la grandiosidad; la actuación colosal de nuestros deportistas de familias haitianas.
10.- Si contamos, de ahí ahí, con un material humano que puede servir como paradigma a seguir por la juventud dominicana, entonces es a ese hombre o mujer que debemos ponerle como ejemplo a los jóvenes.
11.- Cada atleta dominicano de descendencia haitiana sirve como representatividad, paradigma, la pauta a seguir por los jóvenes que aspiran a salir adelante siguiendo la buena conducta para así llegar a ser buenos ciudadanos.
12.- Nuestro país solamente gana, si por ejemplo, Marileidy Paulino, Fiordaliza Cofil, Marysabel Senyú, Luis Pie, y otros de igual calidad que ellos, son presentados en un centro escolar para que les hablen a los estudiantes de las actividades deportivas que realizan.
13.- Presentar a los deportistas dominicanos destacados, de origen haitiano, a los jóvenes del país, es formarles en la mente la imagen de un triunfador; hacerles suponer la superación y ponerles a pensar que deben triunfar partiendo de sus propios esfuerzos.
14.- Sería un gran ejercicio educativo motivar a los dominicanos de familia haitiana, para que colaboren en las escuelas del país haciendo acto de presencia, y así se conviertan a la vista de los alumnos en alguien a encarnar. Simbolizar como corredor de campo y pista a Marileidy Paulino, Fiordaliza Cofil, Marysabel Senyú; Zacarías Bonnat; en pesas; Luis y Bernardo Pie, taekwondo. Etc.
15.- Nuestro país iría por buen camino si logra poner como pauta a seguir el esfuerzo de un dominicano de ascendencia haitiana que ha puesto a su patria por lo más alto en el orden deportivo.
16.- Aquellos que asisten a una escuela o colegio se sentirían muy contentos, teniendo ante sí a un atleta dominicano de descendencia haitiana, explicándoles cómo practicar un deporte, adiestrarse para una disciplina y educarse para competir y triunfar.
17.- Nuestros meritorios campeones dominicanos con sangre haitiana, tienen conocimientos y calidad para enseñar a sus jóvenes compatriotas, cómo llegar a ser un ganador, victorioso y siempre triunfante para poner a su país en lo más alto del béisbol o el atletismo.
18.- Los conocimientos adquiridos por nuestros exitosos deportistas, y en general practicantes de los deportes, que con orgullo son dominicanos de ascendencia haitiana, pueden convertirse en excelentes consejeros para bien encaminar a los jóvenes de aquí que no siempre encuentran el adecuado orientador.
19.- Lo que procede hoy, en lugar de estar estigmatizando a nuestros compatriotas de origen haitiano, es aprovechar el suficiente caudal de conocimiento que han adquirido en sus diferentes disciplinas deportivas, para que los transmitan a sus jóvenes coterráneos.
20.- El país nuestro está en condiciones de sacar utilidad de lo que han aprendido los dominicanos de descendencia haitiana, en todo lo que tiene que ver con el comportamiento correcto en los deportes, en la deportividad.