El 6 de noviembre de 2022 celebramos un año más de la Constitución de la República Dominicana. Desde su primera redacción a esta época, han pasado 178 años. Este documento ha sufrido múltiples modificaciones, muchas de ellas para responder a intereses que aparentan interés nacional, pero son respuestas a búsquedas particulares. En otra dirección, hay instituciones interesadas en que la Constitución se estudie y aplique sin mediatizaciones. El ideal es que todos los ciudadanos conozcan a fondo cada uno de los capítulos y sus respectivos artículos. Este nivel de apropiación posibilita un ejercicio ciudadano fundamentado y una práctica coherente con lo que la sociedad demanda en cada momento histórico.

La realidad actual con respecto a la Constitución es preocupante. El mayor porcentaje de los ciudadanos desconoce el sentido, las directrices de este documento. Esto genera problemas de identidad, de irresponsabilidad política y social, así como una ciudadanía líquida. La formación sobre la Constitución ha de empezar desde los primeros años. Su enseñanza no resiste demora. Apropiarse de sus valores y orientaciones, no solo supone desarrollo personal; sino que implica, también, una oportunidad para contribuir con el desarrollo educativo-cultural, económico y político del país.  Por ello, tanto el Ministerio de   Educación de la República Dominicana, como el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología y el Instituto de Formación Técnico Profesional, deben posibilitar su aprendizaje.

El diseño y el desarrollo del currículo han de tener como focos principales el conocimiento, el estudio y la aplicación de la Constitución. Este cometido no implica convertirla en asignatura. Puede llevarse a cabo como eje dinamizador de cada una de las asignaturas. Todas las asignaturas, sin excepción,  requieren articulación con el contexto personal, social e institucional. La constitución, al tocar de forma directa la actuación ciudadana, se convierte en un elemento constitutivo de cada una de las asignaturas sin violentar el conocimiento específico de estas. El fomento de la apropiación del contenido de la Constitución tributa al desarrollo integral que se espera en el sistema educativo dominicano.

El establecimiento de alianzas con el Tribunal Constitucional fortalecerá la calidad y la profundidad del estudio de la Constitución. El aprendizaje se ha de propiciar para los estudiantes, los docentes y los gestores. El desconocimiento afecta a todos, no solo a los estudiantes. Es necesario un diseño que favorezca el aprendizaje individual y colectivo. Trabajar en esta dirección constituye un impulso sostenido a la democracia y a una formación ciudadana comprometida con la realidad del país. Los procesos de formación en esta perspectiva han de generar, al mismo tiempo, un respeto permanente a lo que dicta la Constitución.  En este mismo sentido, han de propiciar una mirada plural que permita conocer el impacto y el respeto a la Constitución en otras naciones. De estos países podemos aprender nuevas lecciones para acoger y vivir con mayor responsabilidad la Constitución de la República Dominicana. Los Medios de Comunicación y las redes sociales, en general, deben ser vías de información y de formación en torno a la Carta Magna del país. El compromiso es de todos.