La investigación educativa aporta desde diversas modalidades y direcciones para que los aprendizajes sean duraderos y útiles en la vida cotidiana. Para que este tipo de investigación se asuma en los centros educativos y en las instituciones de educación superior (IES) con el carácter que demanda, las entidades indicadas han de responder a desafíos múltiples. Estos comprometen a los docentes, a los estudiantes y a los gestores de los centros educativos y de las IES. Los desafíos más relevantes se relacionan con la necesidad de superar el empirismo como el absoluto y de asumir la investigación como un eje necesario en el centro educativo e imprescindible en las IES.
La experiencia es importante y cuenta en los procesos de aprendizaje. Pero, centrar el quehacer académico girando en torno a la experiencia no basta. Esto se produce cuando el vacío investigativo es una cultura, como ocurre en el Nivel Inicial, en Primaria y en Secundaria. Las IES de la República Dominicana tienen más recorrido investigativo que los centros educativos, pero el desafío también aplica para estas. Los reclamos de la sociedad con respecto al déficit de calidad de la educación superior es un indicador de la fuerza que tiene este desafío. Continuar con este tipo de funcionamiento, especialmente en los centros educativos, constituye una pobreza extrema en el ámbito académico.
Para avanzar en esta dirección, además de la formación del personal docente y del gestor, la política de formación docente se ha de aplicar con el rigor y el seguimiento debido. De igual modo, otro desafío al que hay que prestarle atención es a la superación de una formación basada en el robustecimiento de la memoria como almacén de datos. Todavía persiste esta práctica; y, por ello, el énfasis en los títulos. La conversión del aula en un laboratorio en el que docentes y estudiantes comparten saberes y problemas constituye una carga pesada. Este espacio permanece con pocos estímulos para nuevas preguntas; continúa con limitaciones para la desconstrucción y la re-imaginación de las prácticas.
De otra parte, otro desafío importante es la superación de la fidelidad estática al currículo para convertirlo en una propuesta de trabajo abierta a los problemas del aula, del contexto, de la realidad del país y del mundo. Para ello los docentes han de estudiar e investigar más y ganar autonomía en el ejercicio de la función docente. Las instituciones de educación superior también han de fortalecer la creatividad para adelantarse a los tiempos y ofrecer una respuesta académica y social pertinente. El reclamo continuo de la sociedad para que mejore la formación de los estudiantes y de los docentes exige cambios estructurales en el sistema educativo dominicano. Estos cambios no deben tardar.
Asimismo, se ha de superar una planificación docente y de gestores, intensiva para hacer; un plan de trabajo con espacio mínimo para ser, para pensar y reconstruir su propia práctica. De esto no se habla ni se actúa en las políticas del Ministerio de Educación de la República Dominicana y del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Para contar con un cuerpo docente pensante en el ámbito de la educación superior, se ha de garantizar dedicación exclusiva. Un cuerpo docente a tiempo parcial en las instituciones de educación superior afecta la calidad académica y la identidad institucional. Avanzar hacia una plantilla con un porcentaje de docentes a tiempo completo es una prioridad.
De la misma forma, otro desafío importante es la superación del miedo a la investigación y a todo aquello que implique tenacidad, razonamiento lúcido y crítico. Se ha de establecer ruptura con la reproducción de ideas y de conocimientos. Es necesario vencer el facilismo y, como afirma Pedro Poveda, hay que amar la ciencia. Hay que hacerla vida en lo cotidiano. Asimismo, se han superar las concepciones que ubican la investigación como tarea de expertos; como compromiso de laboratorios especializados. Se ha de asumir como un proceso que se diseña y se vive en ambientes naturales. Estos escenarios son las aulas, el centro educativo, las instituciones de educación superior, el entorno de procedencia y la comunidad educativa.
Un desafío crucial está vinculado al involucramiento de los gestores de centros educativos del Nivel Inicial, del Nivel Primario, del Nivel Secundario y de las instituciones de educación superior en procesos investigativos de su propia gestión. Los gestores de estas instituciones no se pueden agotar en acciones estratégicas y de representación política de las instituciones. Han de estudiar para que su función académica, social y política esté fundamentada y evidencie un sentido definido. Los gestores han de preocuparse por su actualización y profundización sobre los avances de las ciencias. Así, podrán acompañar los procesos institucionales con eficiencia y pertinencia.
Las estrategias metodológicas que pueden aplicar son diversas. En este orden se les recomiendan algunas que pueden ayudarlos a una gestión más reflexiva, fundamentada y productiva. Son estrategias para romper la reproducción y la racionalidad instrumental de los gestores de centros educativos y de las instituciones de educación superior. Algunas de las más relevantes ponen énfasis en la reflexión y la evaluación crítico-propositiva de su práctica; y en la participación en equipos de investigación con sus pares y con docentes para indagar sobre problemas del centro educativo y de la institución de educación superior que lideran.
Estas estrategias las aplica con más facilidad el gestor del centro educativo. Es más difícil lograrlo con un rector, por la complejidad de la función y porque parece que, al asumir ese cargo, sus saberes llegaron al punto máximo. Otras estrategias se vinculan al uso inteligente y educativo de la Inteligencia Artificial; a la sistematización de su práctica para descubrir cambios significativos en su forma de aprender y de liderar la institución. Además, los puede ayudar el aprendizaje virtual que posibilitan las herramientas tecnológicas. La observación en contexto fortalece su capacidad de atención y de análisis de fenómenos educativos y propios de su gestión. La investigación educativa nos desafía.