
Luce que atravesamos por una apoteosis sin precedentes de nuestra industria turística. No es que la OMT nos haya felicitado por la rápida recuperación, que los 735,000 turistas de julio representan un hito histórico, ni que ASONAHORES haya cumplido 60 años de existencia. Lo que entusiasma son las diversas iniciativas y promesas de la gestión pública del sector. Estén o no motivadas por su auge o por una intención proselitista del incumbente del MITUR, lo cierto es que están surgiendo aportes que consolidan nuestra competitividad internacional y merecen apoyo.
Al prácticamente finalizar la pandemia, la gestión pública del sector está llamada a darle un giro a sus prioridades. Con el encomiable trabajo que hizo el Gabinete de Salud para proteger la industria –con protocolos sanitarios, dispensas impositivas, protección al empleo, seguros, gastos promocionales, etc.— a partir de marzo del pasado año y con el activo acompañamiento de los hoteleros, se ha logrado contrarrestar el funesto impacto del virus. Ahora es tiempo de enfocarse en lo que más conviene a los intereses colectivos. Y la estrategia que mandan las circunstancias es la de fortalecer el producto turístico y no la promoción, al ser esta una responsabilidad privada.
El MITUR y el gobierno han ido perfilando una gestión consecuente. Aunque MITUR no este encargado, la iniciativa presidencial relativa al desarrollo turístico de Pedernales es de suprema importancia. (El proyecto avanza lentamente, pero sin pausa.) La iniciativa presidencial se ha sentido tambien con la declaración de utilidad pública de los terrenos del Hotel Hispaniola para construir ahí el Centro de Convenciones de Santo Domingo. La inmancable atención presidencial al sector la demuestran su asistencia a primeros palazos de nuevos proyectos e inauguraciones de obras. Eso refuerza y resalta la labor del ministro, lo cual es consistente con la importancia económica del sector.
Una directa gestión del ministro se ha manifestado en un puñado de otras prometedoras iniciativas. Una primera mención debe ser la instauración por primera vez y por parte del ministerio de la certificación Qualitur, un “distintivo a la calidad, eficiencia y competitividad en la industria turística del pais.” Con ello “se busca aportar confianza en cuanto a la profesionalidad del personal y mayor seguridad en la elección del establecimiento o servicios.” De trascendental importancia ha sido tambien la creación del Observatorio de Buenas Prácticas dentro del ministerio. para transparentar y eficientizar la contratación de agencias y promoción del país en los diferentes mercados internacionales. Con este se buscar transparentar los concursos de contratación.
El MITUR ha recién lanzado, con la intención de que nuestro turismo sea “justo e inclusivo”, el proyecto de penetración del turismo en las zonas rurales con el coauspicio de la FAO. Este se enfoca “en la creación de alianzas estratégicas que buscan fortalecer la asociatividad, mejorar la formación, las oportunidades al acceso de créditos, así como generar mayores productos agrícolas en la cadena del sector turístico con la participación de mujeres y jóvenes en las zonas campestres.” Este posiblemente sea el primer proyecto que emprende el ministerio con el propósito especifico de mejorar la equidad en la distribucion de los beneficios de la industria.
De similar catadura el presidente y el ministro acaban de lanzar el proyecto de turismo interno “Turismo en cada rincón”. “La iniciativa tiene como centro la coherencia entre el conocimiento de los productos turísticos internos, y el desarrollo de las comunidades, logrando así, un impacto redistributivo en todo el territorio nacional. Previo a este lanzamiento, el MITUR realizó un levantamiento de todas las atracciones, gastronomía y experiencias a nivel nacional, que cuentan con la calidad, infraestructura y condiciones para asegurar un incremento sostenible del turismo en estas áreas.” Se hará “un esfuerzo de marketing integrado por diferentes medios de comunicación para alcanzar al dominicano local y motivarlo a explorar, descubrir y compartir cada rincón del país, incorporando al mensaje la necesidad de comprometernos a cuidar las áreas e impulsar su crecimiento para mejorar así la calidad de vida de su comunidad.”
La dupla del presidente y el ministro tambien acaban de anunciar el “Plan Nacional de Ordenamiento, Regulación, Capacitación y Financiamiento para las Asociaciones y Vendedores Informales de las Playas con una inversión de RD$3,000 millones.” Se anunció que más de tres mil vendedores serán parte del proyecto de remozamiento y reorganización de los espacios turísticos en 25 playas del pais con el “objetivo de atraer más turistas y mejorar su economía.” El MITUR se encargará del “reordenamiento, regeneración, capacitación y financiamiento para asociaciones y vendedores informales de las playas. La inversión comenzará con las playas, Macao, Guayacanes, Boca Chica, Las Galeras, Miches, Los Patos, Los Quemaitos, Saladillas, Palenque y playas de Puerto Plata.”
Despertando esperanzas y entusiasmos sin precedentes, el ministro ha anunciado que tomará el toro por los cuernos para relanzar el soslayado polo de Boca Chica. “Se comprometió a organizar, remozar y organizar la playa de Boca Chica, así como lo hizo en su momento con la avenida Duarte con París. Tras definirla como ‘’un símbolo de caos’’, dijo que el gobierno está dando los pasos para iniciar un proyecto que, junto al sector privado, convertirá al polo turístico en un ‘’modelo’’ a seguir.” El ministro prometió que “Boca Chica será modelo de una inversión, remozamiento y organización de la playa a través de un proyecto que ya tenemos pautado para comenzar a final de año, mediante licitación pública.”
Este grupo de iniciativas del gobierno y el MITUR merece ser elogiado y respaldado por ir en la dirección de responder a los intereses colectivos y consolidar nuestro producto turístico. Con el no solo se desarrollarán nuevas áreas del pais, se beneficiarán poblaciones que han quedado al margen de los beneficios de la industria y se incorporarán colaboradores que esperaban una atención oficial a su trabajo. Tambien se promete conjurar las falencias de un recurso como Boca Chica y la falta de un Centro de Convenciones en la capital. Los bombos y platillos que se han usado para anunciar las ambiciosas metas, sin embargo, podrían quedar enmudecidos si la velocidad de la ejecución no toma en cuenta que el periodo de gobierno termina en dos años. Las iniciativas son encomiables, pero se corre el riesgo de que sean vistas como meros anuncios populistas si no se avanzan lo suficiente en los próximos meses.
Conveniente sería que se complementara lo anunciado con proyectos para los más de 2,000 animadores de los resorts, el festival internacional de la bachata y un proyecto de remozamiento de balnearios de ríos. Mientras, el entusiasmo generalizado con el auge del turismo ha alcanzado hasta al ministerio de Cultura. Este ha anunciado un proyecto para el rescate y remozamiento del Faro a Colon y eso debe mover a alguna aprehensión. Aunque en el MITUR se cree que la amenaza de recesión que se cierne sobre la economía de Estados Unidos no afectará sensiblemente nuestra industria turística y mientras los hoteleros reconocen al presidente Abinader por los logros sectoriales de su gestión, hay una cosa que se llama “el fucú de Colon” y siempre deberemos mantenernos alertas para alejarlo. El MITUR no ha desarrollado todavía una estrategia para eso. ¡Zafa!