Este sábado en República Dominicana se celebró el Día del Sicólogo, y la pasada semana, la  humanidad perdió a uno de sus cerebros más potentes. A los 90 años, partió el titán,  intelectual y científico Daniel Kahneman, quien nació en Israel, creció en Francia y vivió en Estados Unidos. Fue el primer y único psicólogo honrado con el Premio Nobel de Economía, en 2002, por sus descubrimientos revolucionarios sobre facultades humanas como la razón,  la intuición, los pensamientos, los juicios y decisiones, los que originaron una nueva  especialidad llamada economía del comportamiento o economía conductual, que aplica conocimientos de la psicología en las ciencias económicas y financieras, a los negocios y la informática.

Los aportes de Kahneman fueron tan trascendentes que  inspiraron el célebre informe "Mente, sociedad y comportamiento" del Banco Mundial en el 2015, que transformó el enfoque de la pobreza, la salud y la educación en el planeta. Y además, influyeron en el científico Richart Thaler, su mejor amigo y colaborador, durante décadas, para que le otorgaran también, el Premio Nobel de economía en 2017, por profundizar en esta rama de la ciencia.

La mayor parte de los descubrimientos de Kahneman aparece en su obra maestra, titulada  “Pensar rápido, pensar despacio”, donde plantea su novedosa visión de que existen dos sistemas de pensamientos. El sistema 1, que opera en modo  emocional, intuitivo, rápido,  automático,  inconsciente y sin esfuerzo, y consume poca energía. Por ejemplo, responder cuánto es  2 x 2, o conducir un auto por una carretera vacía. Y el sistema 2, que opera de manera racional, lento, consciente y con esfuerzo, y consume mucha energía. Por ejemplo, contar la letra “a” en una página de un libro; comportarse adecuadamente en una situación social.

Entre las enseñanzas y aportes útiles al gran público, de Kahneman  sobresalen los siguientes.

Reafirmar que la naturaleza humana es complicada e impredecible.

Que el autocontrol es clave para el progreso de los individuos y las naciones, por lo que las sociedades más educadas promueven el autocontrol y el razonamiento en sus decisiones.

Que la intuición, o sea, la facultad de comprender las cosas inmediatamente sin necesidad de razonamiento, determina la mayor parte de los juicios y de las elecciones humanas; e influye en la primera impresión entre las personas; aunque comete errores.

Que la gente cree que lo que ve o percibe es  todo lo que hay, por eso muchos sacan conclusiones muy rápidas en base a percepciones, sin captar ni conocer bien la realidad.

Que las creencias y actitudes de la gente sobre políticas, deportivas, o religiosas; por ejemplo, practicar  la religión católica,  provienen de la historia y del entorno social  de cada persona; principalmente de sus  padres, profesores, relacionados; y no de razonamientos, que eso viene después.

Que los líderes o gerentes con exceso de confianza, suelen tomar decisiones catastróficas, y conviene evitarlos.

Que el pesimismo y el optimismo; como el bienestar y la felicidad en gran medida son genéticos, por lo que algunas personas nacen con disposiciones  a ser felices y optimistas, y  tienden a vivir más tiempo.

Que las personas de altos ingresos o ricas rara veces son más felices que las de ingresos bajos o pobres, porque el dinero no compra el bienestar ni la felicidad.

** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván.