La dirección escolar es una instancia que plantea y demanda retos y compromisos mayúsculos con relación a los resultados en los sistemas educativos. Hoy más que nunca, en el marco de actuación determinado para estos, en sus leyes y dispositivos internos, y a raíz de las situaciones a las que se enfrentan, sobredimensionadas por los efectos postpandemia, es necesario reorientar la mirada a una gestión que considere la dirección escolar como un elemento clave de la calidad de la enseñanza y de los resultados de aprendizaje.
Al hablar del tema de calidad y resultados de aprendizaje, así como de escuelas eficaces siempre nos encontramos con un elemento común: un liderazgo profesional centrado en lo pedagógico. Este liderazgo se sustenta, entre otras variables, en acompañamientos funcionales y efectivos centrados en la calidad de la práctica docente cuyo eje y foco ha de ser siempre la alta calidad del aprendizaje evidenciada en los resultados.
Para comprender lo concerniente al acompañamiento como estrategia de mejora de la práctica docente y de los resultados de aprendizajes es pertinente analizar diversas conceptualizaciones, posturas, hallazgos y experiencias que permitan fortalecer un constructo teórico que sustente las asunciones prácticas respecto a los tipos de acciones y medidas asumidas como parte de este proceso.
Es importante, además, enfatizar que, al plantear el acompañamiento como estrategia de mejora, se busca acercar a los docentes a un espacio de reflexión intencionada y sistemática sobre sus propias prácticas, desde una mirada crítica. Esta mirada demanda más que una acción reflexiva, citando a Greene, (1986) involucra intuición, emoción y pasión, y no es algo que se pueda empaquetar ordenadamente como una serie de técnicas para que el maestro las aplique, sino más bien una postura de autocuestionamiento constante, persistente y cuidadosa de cualquier creencia o práctica que involucre el sistema de enseñanza, sus alcances y fundamentos.
El acompañamiento se sirve de la reflexión, ya que ambos son necesarios para producir los cambios deseados en el contexto escolar, a través del acompañamiento pedagógico intencional, se propicia la reflexión como una forma holística de atender y responder a los problemas, una forma de ser inherente al hecho de educar que todo docente debe desarrollar. En ese sentido, es importante señalar, citando a Dewey, que para acompañar y para reflexionar hay tres actitudes básicas que todo director y todo docente deben desarrollar: mente abierta, responsabilidad y honestidad.
En conclusión, es necesario volver la mirada a esa función pedagógica de los directivos, cuya responsabilidad primaria ha de ser velar por que los procesos de enseñanza aprendizaje sean coherentes con los principios y fines del sistema educativo. Desde esta perspectiva cobra gran importancia el acompañamiento a la labor docente.
Estos temas serán analizados y discutidos a profundidad, durante el Seminario Internacional Políticas Públicas para la Transformación Educativa y Justicia Social en América Latina, que se llevará a cabo los días 28 y 29 de noviembre en el campus de Santiago de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), República Dominicana.
En este evento, organizado por el Centro para la Transformación Educativa de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CENTRE UC) y el Centro de Investigación en Educación y Desarrollo Humano (CIEDHumano-PUCMM) con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), daremos una mirada crítica y reflexiva al rol pedagógico de los directivos docentes y su impacto en la práctica pedagógica, aspecto clave para impulsar mejoras significativas en el sistema educativo de la región.