Las instituciones de Educación Superior (IES) de la República Dominicana están urgidas, cada vez más, a darles respuesta sostenida y consistente a los cambios mundiales. Estos cambios son de naturaleza y órdenes diversos, por lo cual, su complejidad también requiere atención. Las transformaciones que experimentan las ciencias y las tecnologías de la información y comunicación demandan de las IES del país toma de decisiones orientadas a movilizar el pensamiento universitario para que se abra y se disponga al debate en torno a la inteligencia artificial (IA). Los dirigentes de las Asociaciones de Instituciones de Educación Superior han de motivar y posibilitar debates abiertos sobre temas candentes como el de la IA.
Tal motivación no ha de ser porque el tema está de moda. Sí deben promoverse la discusión y las propuestas por el impacto de este tipo de innovación en los procesos y resultados académicos; en la gestión y en la cultura de las IES. El debate debe ser abierto; por tanto, ha de ir más allá de la frontera de cada Asociación. El debate plural y compartido favorece la construcción de conocimiento y la producción colectiva. La importancia de la IA en la formación universitaria parece que es un hecho innegable; pero sus aportaciones han de ser objeto de análisis y de regulaciones que favorezcan una formación vinculada a criterios y lineamientos éticos.
Asimismo, es pertinente el debate para aportar ideas y propuestas que posibiliten la formulación y puesta en ejecución de políticas públicas. Estas permitirán afrontar las nuevas prácticas generadas por la inteligencia artificial. En honor a la verdad, este debate debería estar en curso, en el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, a través del Viceministerio de Ciencia y Tecnología. Es conveniente distinguir entre seguir con escasa o ninguna reflexión los productos que lanza el mercado y acoger con sentido crítico las innovaciones que inciden en los valores y en el desarrollo de las personas.
Las instituciones de Educación Superior no pueden permitir que se les etiquete como entidades que rechazan el cambio y la innovación. Si ambos aspectos requieren el rechazo, ha de hacerse con base en procesos de discernimiento científico y humano. Por ello las IES dominicanas ya deben estar organizándose para el estudio, la reflexión y la producción en el orden que se señala. Con el mismo énfasis que se refuerza la necesidad de que los estudiantes profundicen, en esta misma dirección han de hacer las instituciones que los forman. Para avanzar en este sentido, ha de producirse una ruptura con la inmediatez. Esta contribuye poco al cambio y a la innovación.
La inteligencia artificial es un desafío humano e institucional. Precisa de un tratamiento mediado por la articulación entre valores humanizantes, los aportes de las ciencias y la comprensión crítica y educativa de los avances tecnológicos.
La atención que requiere la IA va más allá de las instituciones de Educación Superior, ha de ser un compromiso de todos los ministerios. Este tipo de tecnología tiene un impacto que replantea las relaciones, la producción del conocimiento y el trabajo humano. Además, requiere atención porque, a través de ella, el mercado puede mostrar formas más agresivas y excluyentes. De la inteligencia artificial se ha de acoger lo que fortalezca el desarrollo humano integral, el avance científico que incluye; y los cambios que toman en cuenta a todos, en los procesos socioeconómicos y educativos. Las IES han de mostrar una acción anticipadora ante los cambios y las innovaciones que requieren de ella una palabra, una posición y, sobre todo, una propuesta pensada y oportuna.