Espero que Luis Abinader dedique a Haití la parte sustancial de su discurso en las Naciones Unidas: El gran peligro que representa la virtual desaparición de ese Estado; la anarquía impuesta por las poderosas bandas delincuenciales que virtualmente dominan ese país; la incapacidad de la comunidad internacional para imponer el orden y la estupidez de quienes pretenden que la República Dominicana asuma la solución del caso. Hasta ahí todo bien. Pero si acaso se le ocurriera atacar a Nicolás Maduro por éste protestar la entrega, sin mayores trámites, de su avión a los Estados Unidos, estaría cometiendo un error imperdonable.