Me estás jodiendo y lo has hecho desde hace más de 20 años,

diciendo ahora que no escribir un poema diario deja que

el mundo respire mejor, que mi voz debe ser quieta, casi

inapercibida como un ratón en la noche oscura de la cocina,

buscando fragmentos de queso, versos cortados, tirados

a la basura por un poeta como tú enviando mensajes

a tus amigos para que te hagan caso y dejen de escribir

sus propios testimonios de la vida fuera del paraíso,

de aquel escenario donde jóvenes nos conocimos

y nos enamoramos no de manera tradicional, pero

con chistes que hieren, comentarios lastimosos,

una larga amistad de pequeños olvidos, decepciones

y muchas presentaciones donde dices que si a veces

escribe bien, merece el título y el oficio de ser poeta.