26 de junio de 2011 es la fecha en la que publiqué mi primer artículo aquí, en Acento. Le debo a mi hermano Juan Miguel la suerte de haber compartido con Fausto un artículo que escribí, titulado “La música: compañera de vida”, en el que contaba sobre la herencia musical que he heredado de mi familia y cómo la música es, y lo sigue siendo, protagonista de mis días y mis emociones.

A Fausto le debo el ingenio de bautizar mi columna como Comparsa que, sin saberlo, define muy bien mi vida, mi estilo y la inspiración cotidiana que comparto con ustedes y que ustedes me retribuyen con tanto cariño y respeto.

Han pasado 11 años y aquí se ha escrito de todo. Siento que cuento con el privilegio de que me lean, compartan mis escritos y muchos hasta se encuentren en ellos. Pocas cosas tan satisfactorias para mí como cuando ustedes me dicen que se identifican con lo que escribo y que pareciera como si esas líneas las hubiesen escrito ustedes mismos.

Aquí siempre ha primado el respeto, aún cuando mis posturas y convicciones no coincidan con las de muchos o cuando se toquen temas tan sensibles como política o causales, y eso habla más de Acento como una comunidad de lectores que de mí en el intento de escribir.

De esta Comparsa nació mi primer libro. Acento dio vida a “Soltera en tiempos modernos”, mismo título del artículo del que surgió mi primera publicación en 2017 y que tanta empatía y solidaridad ha encontrado en solteros, a tal punto que lo han hecho un libro más suyo que mío. De todos.

Hace unos días, Eraida, una gran amiga en Twitter y fiel lectora de esta Comparsa, me preguntaba si tenía en mis planes recopilar mis artículos y publicarlos en un libro y, sin pensarlo mucho, le dije que no. Naturalmente no veo esta Comparsa fuera de aquí, porque Acento, que le dio nombre, que la vio nacer, que la hizo adulta y me recibe sin condiciones cuando vuelvo después de una pausa, es precisamente su casa y uno de su propia casa no se va.

Hoy, que justamente es mi fecha de cumpleaños 42, celebro la comunidad seria y comprometida en la que se ha convertido Acento y la visión de Fausto y Gustavo de ser pioneros en este formato digital. Como regalo de cumpleaños, me concedo el permiso de compartir con ustedes el orgullo de sentirme acogida y parte de esta familia y sentirme dichosa de gozar de la amistad, el cariño y las orientaciones de Fausto cuando han sido necesarias.

Que estos once años de Acento sean solo el inicio de una jornada larga y exitosa y que esta, mi casa, vea formarse muchísimas Comparsa más. Para mis 42 hoy pido que la vida me permita seguir haciendo esto que, de todo lo que el periodismo y la comunicación me permiten hacer, es abiertamente lo que me más gusta. Que no me falte inspiración para seguir encontrando lo bonito y lo extraordinario en el montón de lo cotidiano.