Fueron independientes hace dos siglos y creen que pueden volver a serlo. Un grupo de ciudadanos quiere separar a Texas de Estados Unidos, resolver la crisis migratoria y poner fin a la disputa entre el gobierno federal y el estatal por el control de la frontera con México.
Para los impulsores del "Texit", la pulsada entre la administración del demócrata Joe Biden y el gobierno estatal del republicano Greg Abbott evidencia una ruptura en la Unión.
"La única manera en que Texas asegure la frontera y tenga un sistema de inmigración sensato es que lo haga como una nación independiente", dice a la AFP Daniel Miller, presidente del Movimiento Nacionalista de Texas (TNM), creado en 2005 pero que nunca "había estado tan cerca de la independencia como ahora".
En el siglo XIX, Texas era parte de México. Pero después de una guerra se independizó en 1836 y fue república hasta su incorporación a los Estados Unidos en 1845.
Miller explica que el "Texit" se parece al Brexit, cuando Reino Unido salió de la Unión Europea. Asegura que Texas comparte historia e intereses con Estados Unidos y que sus habitantes seguirán siendo "estadounidenses", pero siente que Washington no entiende sus problemas, "quejas similares a las que había entre Cataluña y España".
En esta campaña, Miller llegó hasta un restaurante en Cypress, al noroeste de Houston. Huele a Texas. El aroma de la leña y de la barbacoa invaden la sala donde una treintena de personas se reúne para escucharlo.
Piden que el Parlamento de Texas apruebe una ley de referéndum.
Chris Powell lleva una gorra con la frase "Make Texas a Country Again" (Hagamos de Texas un país otra vez), que recuerda al "Make America Great Again" trumpista. También quiere independencia porque rechaza que los niños lean "pornografía en la escuela". Casado con una mexicana, aclara que son bienvenidos todos los que "quieren vivir en paz, mantener a su familia y trabajar duro".
De gran riqueza petrolera, Texas representa más del 8% del PIB estadounidense y su economía está en el top 10 mundial.
– ¿Texano o "estadounidense"? –
Durante la sangrienta Guerra Civil (1861-1865), Texas formó parte de los estados esclavistas del sur que se enfrentaron con los estados del norte por su independencia.
Joshua Blank, director de investigación del Texas Politics Project en la Universidad de Texas, en Austin, explica que el movimiento secesionista siempre ha existido, pero sigue siendo "marginal".
Sostiene que el conflicto en la frontera entre Texas y el gobierno federal "ha creado una situación que este grupo ha tratado de explotar para que sus puntos de vista parezcan más plausibles de lo que realmente son".
Misty Walters, una ama de casa que estuvo en el evento de Miller, dice que "los texanos siempre son texanos antes que 'estadounidenses'", que están "siendo invadidos" y que "Texas necesita levantarse y proteger mejor a sus ciudadanos".
El tema migratorio es clave con miras a las presidenciales de noviembre donde, salvo sorpresas, el republicano Donald Trump y Biden, que va por la reelección, se enfrentarán. De hecho, ambos viajarán a la frontera este jueves.
Un sondeo del Texas Politics Project de febrero muestra que el 26% de sus encuestados se siente primero texano y luego "estadounidense", frente al 27% que creía lo mismo en 2014. "Nada ha cambiado y tampoco significa que ese 26% quiera divorciarse de Estados Unidos", dice Blank.
Existe la idea de "una cultura 'estadounidense' uniforme que a menudo se relaciona con lo blanco (…) Y en la medida en que haya una crisis en la frontera, se generan temores entre quienes consideran válida esta idea", explica.
En tanto, un reciente sondeo publicado por Newsweek este mes muestra que el 67% de los texanos quiere seguir siendo parte de Estados Unidos.
Una publicación del sitio Wired habla de una campaña rusa para desestabilizar a Estados Unidos. Miller dice que no le presta atención a eso.
El profesor Blank recuerda que las campanas de "inestabilidad" son "parte del manual ruso en la política estadounidense".
– "Ven y tómalo" –
En Eagle Pass, extremo sur de Texas, Abbott militarizó el parque Shelby, que tiene una rampa de salida al río Grande, y cercó parte de la frontera con alambres de púa, acusando a Biden de no proteger al país. Washington, llevó el caso a la justicia, porque el control fronterizo es jurisdicción federal.
Miller compara el escenario a lo ocurrido en 1835, cuando los texanos se negaron a devolver un cañón entregado en préstamo por su gobierno, México, enarbolaron una bandera con el lema "Come and take it" (Ven y tómalo) e iniciaron su guerra de independencia.
Como ocurrió con el cañón, dice Miller, lo que pasó en el parque Shelby "es una pequeña parte de un gran problema", que muestra "la relación rota entre el gobierno federal y los estados". Aunque esta vez espera un proceso pacífico.
Para Blank, "Texas no podría separarse pacíficamente, Estados Unidos no negociaría con ellos en términos favorables". (Moisés ÁVILA)