Rusia denunció este lunes "la implicación directa" de las potencias occidentales en Ucrania y convocó al embajador de Alemania tras la difusión en las redes sociales de supuestas conversaciones entre oficiales alemanes sobre entregas de armas a Kiev.
Esta conversación, cuya veracidad fue confirmada por Berlín, muestra "una vez más la participación directa del Occidente colectivo en el conflicto en Ucrania", declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En esta conversación, los participantes hablan de la hipótesis de entregar a Ucrania misiles de largo alcance Taurus, de fabricación alemana.
Oficialmente Alemania niega que quiera entregar este tipo de misiles a la antigua república soviética, argumentando que existe el riesgo de una escalada del conflicto que comenzó en febrero de 2022.
Los participantes de la conversación también mencionan posibles bombardeos contra el puente de Crimea, que une la península anexionada por Moscú en 2014 y el territorio ruso. Uno de ellos apunta que serían necesarios entre 10 y 20 misiles para destruirlo.
"La grabación en sí misma muestra que en el interior del Bundeswehr [el ejército alemán], se habla de forma detallada y concreta de proyectos para efectuar bombardeos en territorio ruso", dijo Peskov.
Este incidente ha provocado una crisis diplomática entre ambos países.
El embajador de Alemania en Rusia, Alexander Graf Lambsdorff, acudió el lunes por la mañana al ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
El diplomático alemán salió del ministerio sin hacer comentarios a la prensa, tras haber pasado algo más de una hora dentro, según las agencias de noticias rusas.
Berlín desmintió que su embajador hubiera sido convocado y un portavoz de la diplomacia alemana aseguró que esa cita estaba prevista desde "hacía tiempo".
El ministerio de Exteriores ruso indicó en un comunicado que pidió al embajador "explicaciones" sobre las entregas de misiles Taurus a Kiev mencionadas en las conversaciones.
– "Muy malo" –
Berlín confirmó el sábado que la grabación era auténtica y que había sido "interceptada".
El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, prometió una investigación al respecto.
"Espero que sepamos de una manera u otra (…) cual es la conclusión de esta investigación", dijo Peskov.
"Tenemos que establecer si la Bundeswehr [ejército alemán] está haciendo esto por iniciativa propia. Y luego la cuestión es saber hasta qué punto la Bundeswehr es controlable y hasta qué punto el señor Scholz controla todo esto, o si esto forma parte de una política del Estado alemán", agregó.
"En ambos casos, es muy malo", concluyó el portavoz del Kremlin.
Del lado alemán, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, acusó el domingo al presidente ruso Vladimir Putin de intentar "desestabilizar" a Alemania espiando conversaciones militares confidenciales sobre Ucrania.
"Es parte de una guerra de la información que Putin libra", afirmó el ministro. "Se trata de minar nuestra unidad (…) de sembrar una división política en el plano interno y espero sinceramente que Putin no lo logre".
Según la revista Der Spiegel, la videoconferencia tuvo lugar en la plataforma pública WebEx y no en una red segura.
Además, uno de los participantes se encontraba en un hotel en Singapur y su habitación podría haber tenido micrófonos escondidos, según algunos medios.