Bajo presión directa de Washington, Israel dio marcha atrás el martes a su decisión de cortar la señal en vivo de la agencia de noticias estadounidense Associated Press sobre Gaza, devastada por más de siete meses de guerra contra el movimiento islamista palestino Hamás.
Sus tropas atacaron 70 objetivos en el enclave y también lanzaron una operación en la ciudad de Yenín, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, que dejó al menos ocho personas muertas, según la Autoridad Palestina.
Pero las operaciones militares se vieron en parte eclipsadas por la decisión israelí de cortar las transmisiones en vivo de la agencia Associated Press (AP) por una supuesta violación de una nueva ley de medios en el país que recientemente permitió el cierre de la televisión catarí Al Jazeera.
La Casa Blanca expresó su preocupación y reclamó a las autoridades israelíes que revirtieran la decisión condenada por medios de comunicación y asociaciones de protección de prensa.
"Ordené anular la decisión y devolver el equipo a la agencia AP", declaró en la noche el ministro israelí de Comunicaciones, Shlomo Karhi.
La agencia estadounidense había condenado "en los términos más enérgicos las acciones del gobierno israelí" y "la confiscación" del equipo con el que difundían en directo una vista de Gaza.
AP atribuyó la decisión a "un uso abusivo por parte del gobierno israelí" de una ley votada a inicios de abril que autoriza prohibir la transmisión en Israel de medios extranjeros acusados de socavar la seguridad del Estado.
– "AP cumple las normas" –
El ministerio de Comunicaciones de Israel había alegado en un comunicado que AP tomaba regularmente fotos de la Franja de Gaza desde el balcón de una casa en Sderot, en la frontera con el enclave palestino, "incluso enfocando las actividades de soldados (israelíes) y de su localización".
Karhi indicó, al anunciar la revocación de la medida, que el ministerio de Defensa "desea examinar el asunto de la retransmisión (…) en relación con el riesgo" para las tropas israelíes que operan en Gaza.
La censura militar israelí prohíbe publicar imágenes o información que puedan facilitar la localización de soldados o de instalaciones militares.
"AP cumple las normas de censura militar de Israel, que prohíben retransmitir detalles como movimientos de tropas que puedan poner en peligro a los soldados", sostuvo la agencia.
El ministerio israelí de Comunicación acusó además a Associated Press de "infringir la ley" al permitir que Al Jazeera "recibiera sus contenidos".
AP replicó que la cadena catarí es "uno de los miles de clientes de las transmisiones de video en directo enviadas por la agencia".
La ONU calificó de "terrible" la cancelación de AP, y la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) tachó la decisión de las autoridades israelíes de "censura escandalosa".
El director mundial de noticias de la agencia francesa Agence France-Presse (AFP), Phil Chetwynd, estimó que la decisión de Israel constituía "un ataque a la libertad de prensa".
Y el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, dijo que el gobierno "se volvió loco". "Esto no es Al Jazeera, es un medio de comunicación estadounidense que ha ganado 53 premios Pulitzer", escribió en la red social X.
– "Catástrofe, pesadilla, infierno" –
En el terreno, los combates arrecian en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, de donde han huido más de 800.000 personas según la ONU, pero también en Jabaliya, una localidad en el norte donde se han reagrupado las fuerzas de Hamás.
El ejército israelí aseguró que sus tropas "eliminaron a varios combatientes" en ambas zonas.
Las operaciones iniciadas este mes en Rafah, una ciudad en la frontera con Egipto que Israel considera el último bastión de Hamás, han agravado la situación humanitaria en el enclave de 2,4 millones de habitantes.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) anunció el martes la suspensión de la distribución de alimentos en esta localidad "debido a la falta de suministros ya la inseguridad".
"Nos quedamos sin palabras para describir lo que ocurre en Gaza", dijo el lunes Edem Wosornu, de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.
"Lo hemos descrito como catástrofe, pesadilla, infierno en la tierra. Es esto y peor", dijo Wosornu, alertando de que 1,1 millones de personas se enfrentan a "niveles catastróficos de hambre" y un 75% de la población se encuentra desplazada.
La guerra estalló el 7 de octubre con el ataque de Hamás contra el sur de Israel. Según datos israelíes, la acción dejó más de 1.170 muertos, en su mayoría civiles, y 252 rehenes, de los que 124 permanecen en Gaza, aunque 37 se temen muertos.
La ofensiva de represalia de Israel contra Gaza ha dejado 35.647 muertos, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás.
El conflicto también agravó la violencia en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, donde las tropas del Estado hebreo lanzaron el martes una operación contra "las organizaciones terroristas de Hamás y de la Yihad Islámica" en la ciudad de Yenín.
El Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina informó de ocho muertos por esta operación. Según la agencia palestina de noticias Wafa, entre los fallecidos hay un cirujano, un profesor y un estudiante.
Israel "mata a inocentes, a médicos, y destruye la infraestructura de hospitales, ciudades y pueblos palestinos", denunció la Autoridad Palestina.(Jay Deshmukh y Louis-Baudoin-Laarman)