Para algunos italianos es un héroe. Para otros, un vándalo que además, pone vidas en peligro. Un saboteador de radares de velocidad conocido como "Fleximan" suscita arduos debates en este país mediterráneo.

Los vehículos — y la velocidad — son una pasión arraigada en Italia, cuna de Lamborghini, Maserati, Ducati y Ferrari, así como del Fiat 500, no tan veloz pero tan italiano como la pasta.

Como en muchos otros países, los radares de tráfico forman parte de la experiencia de conducir. La batalla de "Fleximan" para eliminarlos ha tocado una fibra sensible en el país.

La policía detuvo el jueves a un hombre de unos 50 años por supuestamente destruir en noviembre dos radares cerca de la frontera con Suiza, en el norte del país.

Pero según las autoridades, no se trataba de "Fleximan", el hombre que, en los últimos meses, destruyó a una década de radares en el norte de Italia.

Su nombre está inspirado en la popular marca de herramientas "Flex". En las imágenes, se le ve desconectando a los radares con una sierra circular, siempre encapuchado ya veces acompañado de un cómplice.

Un portavoz de la policía afirmó a la AFP que trabajaban "día y noche" para localizarlo.

Mientras tanto, "Fleximan" cosecha éxito, sobre todo por parte de los que ven a los radares como una "trampa" del Estado para recaudar fondos.

En internet ya se venden camisetas que le hacen referencia.

Y en la ciudad de Padua, un artista pintó un mural en su honor, donde se le representa a través del icónico personaje interpretado por Uma Thurman en "Kill Bill", la película de Quentin Tarantino, con un radar en una mano y una espada. en la otra.

– "Símbolo de egoísmo" –

Pero "Fleximan" no gusta a todos. Familiares de víctimas de accidentes de carretera condenan sus acciones y denuncian la publicidad de la que goza. Otras personas han registrado que miles de personas mueren cada año en carreteras italianas.

Los concejales locales también están divididos. Algunos "se niegan a dejar ganar a los delincuentes" mientras otros parecen apoyar tácitamente su acción.

"Yo no estaba convencido [de la presencia de radares] y decidió no reemplazarlos", dijo en la prensa Marco Schiesaro, alcalde de Cadoneghe, cerca de Padua.

Las divisiones se evidencian hasta en los medios de comunicación.

El periódico Libero, cercano al gobierno de extrema derecha de la primera ministra Giorgia Meloni, describió los sabotajes como actos de "resistencia" contra los "burócratas" y los "moralistas".

El Corriere della Sera, a su vez, dijo que mientras "Robin Hood robaba a los ricos para dárselo a los pobres, Fleximan robaba vidas".

"No es un héroe, sino un nuevo símbolo de egoísmo", fustigó el viernes el primer diario italiano.

En 2022, 3.159 personas murieron en las carreteras italianas, es decir 53 muertos por un millón de habitantes, según la Comisión Europea. La cifra es superior a la media del bloque de 27 Estados miembros, de 46. (Gaël BRANCHEREAU)