El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, ordenó este miércoles el despliegue de unos 250 efectivos de diferentes agencias de seguridad estatales en anticipación a la llegada de un "potencial flujo de inmigración ilegal desde Haití".

DeSantis dispuso el envío a la costa sur y a los cayos de este estado de 250 miembros de fuerzas de seguridad, que incluyen recursos por mar y aire, para ayudar a reforzar la seguridad, en vista de las actuales circunstancias en Haití.

"No podemos permitir que extranjeros ilegales vengan a Florida", dijo DeSantis, exaspirante presidencial, en un comunicado difundido por su oficina, en el que recalcó que desde hace un tiempo este sureño estado ya ha dedicado "importantes recursos a combatir las embarcaciones ilegales" que llegan desde países como Haití.

Fotografía de archivo donde se ve al gobernador de Florida (EE.UU.), Ron DeSantis. EFE/EPA/Michael Reynolds

Entre los efectivos que serán desplazados figuran 48 agentes de la Guardia Nacional de Florida, además de cuatro helicópteros, y 133 miembros de la Guardia Estatal de Florida.

La ONU, por su parte, pidió este miércoles a República Dominicana, así como a cualquier otro país, que "respete los derechos humanos de los haitianos que buscan mejorar su vida en otros lugares" y evite las "deportaciones forzosas".

El martes la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, solicitó al presidente de EE.UU., Joe Biden, una coordinación "multiagencia" para abordar la actual crisis política en Haití, en vista de sus "profundas implicaciones" para este condado floridano donde reside la mayor comunidad haitiana de Estados Unidos.

"La actual crisis política, de seguridad y humanitaria en Haití tiene profundas implicaciones para el condado de Miami-Dade debido a nuestra importante comunidad haitiana y nuestra proximidad a la isla", precisó la alcaldesa en la carta, enviada con copia al secretario de Estado, Antony Blinken, y al de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.

El Gobierno de Estados Unidos espera que el nombramiento de un nuevo primer ministro haitiano suceda "sin más demora" después de que el actual, Ariel Henry, anunciara su dimisión.

Henry, que gobierna de forma interina desde julio de 2021, tras el asesinato del mandatario Jovenel Moïïse, lleva una semana en Puerto Rico ante la escalada de violencia en Haití y las presiones para que renunciara.

El incremento de la violencia dominada por las bandas en Haití se acentuó el 28 de febrero tras conocerse que Henry se había comprometido a celebrar elecciones antes de finales de agosto de 2025, aunque, conforme a un acuerdo de 2022, debía haber abandonado el poder el pasado 7 de febrero.

Contra las deportaciones forzosas de haitianos desde República Dominicana

La ONU pidió este miércoles a República Dominicana, así como a cualquier otro país, que "respete los derechos humanos de los haitianos que buscan mejorar su vida en otros lugares" y evite las "deportaciones forzosas".

El portavoz de la Secretaría General, Stéphane Dujarric, respondía a una pregunta en la sede de la ONU en Nueva York sobre esas deportaciones forzosas de haitianos desde la República Dominicana, a lo que respondió: "No queremos que haya deportaciones en masa o forzosa de gente hacia un país que claramente no es seguro".

La Organización Internacional de Migraciones publicó el pasado febrero que en ese mismo mes había habido 9.000 casos de migrantes haitianos "devueltos a la fuerza desde países vecinos", y de ellos un 95 % procedían de República Dominicana.

Precisamente el pasado 13 de febrero el presidente Luis Abinader se desplazó a Nueva York para participar en una sesión del Consejo de Seguridad sobre Haití, y a su salida subrayó el rápido deterioro de la seguridad en el país vecino, ante lo que pidió actuar a la comunidad internacional, y lanzó un aviso: "O luchamos juntos para salvar a Haití, o lucharemos solos para proteger a la República Dominicana".

Celeridad sin delegar todo en Kenia

Por otro lado, el portavoz de la ONU volvió a pedir a la comunidad internacional que actúe con celeridad para resolver la crisis en el país caribeño, envuelto en una incierta transición, e instó a no delegar toda la responsabilidad en Kenia como país que se ha comprometido a liderar una futura fuerza multinacional de apoyo a la policía local.

"No creo que sea justo poner el futuro de Haití solo en los hombros de Kenia, hay una responsabilidad a nivel internacional; necesitamos que llegue más dinero para el Fondo Fiduciario" (que financiará esa misión multinacional), insistió Dujarric.

Además, dijo que no le toca a la ONU liderar el cambio en Haití: "No es cosa del secretario general ni de Naciones Unidas imponer una solución al pueblo de Haití. Ya se ha intentado muchas veces sin gran éxito. Lo que hace falta es que la clase política haitiana, la sociedad civil, acuerden una hoja de ruta, como se ha dispuesto, con la creación de un Consejo Presidencial".