El consorcio Estrella-Hernán Solís, formado por la Constructora Estrella de República Dominicana y la Constructora Hernán Solís de Costa Rica, fue el principal encargado de la construcción del paso elevado de Taras en Cartago, una obra que fue inaugurada con una inversión de $71 millones, financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el acto de inauguración del paso elevado de Taras, que se extiende por 1 kilómetro e incluye seis carriles con tres en cada sentido de circulación, estuvo presente el embajador dominicano en Costa Rica, Josué Fiallo.
La obra también cuenta con barreras de protección y señalización vial, lo que mejora la seguridad y fluidez del tránsito en la región.
Durante la inauguración, el presidente Rodrigo Chávez elogió la puntualidad en la entrega de la obra, destacando la importancia de cumplir con la “palabra empeñada” y reconociendo el esfuerzo del Ministerio de Obras Públicas y del Consorcio constructor.
Chávez afirmó que la inauguración del paso elevado refleja un avance significativo para el país, y señaló que “si Costa Rica mantiene este ritmo, alcanzará el lugar que le corresponde entre las naciones prósperas”.
Por su parte, el ministro de Obras Públicas, Mauricio Batalla, describió el paso elevado como un “logro de la ingeniería” y un triunfo de la “voluntad humana”, mencionando que el equipo trabajó hasta altas horas para cumplir con los plazos.
Batalla subrayó que el proyecto agilizará el tránsito de 40,000 vehículos y más de 100,000 personas diariamente, lo que representa un beneficio significativo para la zona de Cartago, responsable del 85C% de las exportaciones agrícolas de Costa Rica.
El paso elevado de Taras forma parte de un conjunto de obras financiadas por el BID en el país, las cuales incluyen otra intersección de varios niveles en La Lima, también construida por el Consorcio Estrella-Hernán Solís, y cuya entrega se proyecta para marzo de 2025.
En representación del BID, Francisco Urra resaltó el compromiso de la institución con el desarrollo de Costa Rica y consideró esta obra una “deuda histórica” con la provincia de Cartago y la región oriental del Valle Central.