El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que el Ejército estadounidense realizó ataques aéreos contra miembros del Estado Islámico en Somalia, enfocándose en un líder del grupo y otros "terroristas" reclutados por él. Este bombardeo ocurre semanas después del atentado en Nueva Orleans, cometido por un atacante que se identificó con el EI. África, y especialmente Somalia, se ha convertido en un nuevo campo de operaciones del EI tras su retroceso en el Medio Oriente.

Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo ataques aéreos contra varios combatientes del grupo Estado Islámico (EI) en Somalia, el sábado primero de febrero, según anunció el presidente de EE. UU., Donald Trump. 

El mandatario afirmó que los objetivos de estos bombardeos fueron un líder del grupo yihadista, responsable de planificar atentados, y otros "terroristas" que reclutó y que dirigía en Somalia. Trump indicó que los ataques destruyeron las "cuevas" donde se refugiaban y mataron a varios combatientes sin afectar a civiles. Sin embargo, no se reveló la identidad del líder atacado ni si resultó muerto.

El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, agregó en un comunicado que, según una evaluación preliminar, varios miembros del EI fueron asesinados durante los bombardeos en la región de los montes Golis, en el norte de Somalia. Hegseth destacó que esta acción debilita aún más la capacidad del Estado Islámico para planificar y ejecutar "ataques terroristas", que amenazan la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.

"Fue una operación en conjunto" con las autoridades locales 

El gobierno de la región semiautónoma de Puntlandia en Somalia dijo el domingo que los ataques militares estadounidenses en las montañas Golis habían matado a "figuras claves" del grupo Estado Islámico.

"Los recientes ataques aéreos han llevado a la neutralización de figuras clave dentro de ISIS, lo que marca un avance significativo a medida que avanzamos hacia la segunda fase de nuestra operación", dijo el domingo el gobierno regional, utilizando un nombre alternativo para el grupo ISIS.

Calificó la participación de Estados Unidos en los ataques aéreos como "invaluable" y expresó su "sincera gratitud", pero el comunicado no proporcionó más detalles sobre los ataques.

Una declaración del gobierno somalí emitida en Mogadiscio dijo que la operación en la región de Bari fue "coordinada conjuntamente por los gobiernos somalí y estadounidense" y que tenía como objetivo "altos líderes del EI".

El presidente Hassan Sheikh Mohamud fue informado sobre los ataques el sábado por la noche, según la oficina presidencial, que añadió que el ataque "refuerza la fuerte asociación de seguridad" entre las dos naciones. También expresó su "más profundo agradecimiento" a Washington tras los ataques en una publicación del domingo X.

Este ataque aéreo ocurre semanas después del atentado ocurrido en Nueva Orleans a principios de enero, en el que un hombre, identificado como Shamsud-Din Jabbar, atropelló a una multitud con una camioneta.

Jabbar, un exmilitar estadounidense, parece haber sido influenciado por la ideología del EI, ya que se encontró una bandera del grupo en su vehículo y publicó videos expresando su apoyo a la organización. Para los estadounidenses, este atentado puso en evidencia el peligro persistente del EI, incluso después de la desaparición de su "califato" en Irak y Siria en 2019.

La presencia creciente del EI en África

En los últimos años, la organización yihadista ha extendido sus operaciones a África, donde ahora tiene una presencia significativa. Según un informe de la ONU, el Estado Islámico está en expansión en Somalia, donde rivaliza con el grupo Al Shabab, vinculado a Al Qaeda.

El EI en Somalia está encabezado por Abdulqadir Mumin, un líder que controla la red internacional del grupo. En enero, Tore Hamming, del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización, afirmó que Mumin es la persona más influyente del EI en África y se especula que podría haber sido promovido a "califa mundial" del grupo, máxima autoridad religiosa y política.

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Tras sus derrotas en Medio Oriente, el EI ha establecido varias ramas en África, convirtiendo al continente en su principal foco de actividad. De acuerdo con el Washington Institute for Near East Policy, casi dos tercios de los 1.300 ataques reivindicados por el EI entre 2023 y 2024 ocurrieron en África.

En total, el grupo cuenta con más de miles de combatientes distribuidos en diversas provincias, siendo la más importante la Wilaya (provincia en árabe) de Gharb Ifriqiya, que abarca países alrededor del lago Chad, como Nigeria, Camerún, Níger y Chad. Otras ramas del EI operan en el Sahel, África Central y el Cuerno de África, incluida Somalia.

La amenaza del EI en Somalia

El EI ha crecido rápidamente en Somalia, duplicando su tamaño en dos años. Utiliza su ubicación estratégica en el país para atraer combatientes del Golfo Pérsico, especialmente de Yemen. La organización controla actualmente una amplia región montañosa en Puntland, al noreste de Somalia.

Este crecimiento y su presencia logística, apoyada por su unidad Al Karra, que coordina operaciones internacionales, han hecho del EI en Somalia una de las amenazas más serias para la seguridad global.

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La ONU estima que los recursos financieros del grupo, obtenidos mediante actividades ilícitas como secuestros, extorsiones y contrabando de armas, superan los millones de dólares, y estos fondos alimentan insurrecciones en otros países como Mozambique y la República Democrática del Congo.

Aunque el EI en África aún no ha llevado a cabo atentados fuera del continente, el arresto de un somalí en Italia en 2018, sospechoso de planear un ataque en el Vaticano, demuestra que el grupo sigue siendo una amenaza global.

Con AFP y medios locales