Un informe de ONU Mujeres ha destacado que, al ritmo actual de progreso en la inclusión de las mujeres, se necesitarán por lo menos 286 años para que las mujeres tengan los mismos derechos y protecciones legales que los hombres.
"Pueden pasar hasta 286 años, casi tres siglos, para que las mujeres tengan los mismos derechos y protecciones legales que los hombres", dijo la vicedirectora general de ONU Mujeres, Anita Bhatia, al presentar el informe "El progreso de los ODS, un panorama sobre género 2022″.
La experta subrayó que "la paridad en la fuerza de trabajo no se logrará hasta dentro de 140 años" y que "es probable que se necesiten 40 años para lograr una representación equitativa en los parlamentos de todo el mundo", si las cosas no mejoran.
El informe calcula que las mujeres han perdido alrededor de 800.000 millones en ingresos en 2020 debido a la pandemia de covd-19 y que, "a pesar de un repunte en algunas partes del mundo, su participación en los mercados laborales será menor en 2022 que antes de la pandemia".
Las cifras aportadas por el informe realta que a finales de este año habrá 383 millones de mujeres y niñas viviendo por debajo del umbral de la pobreza y 386 millones de hombres y niños en esta situación.
Estos datos, que pone de relieve la cruda realidad que viven mujeres y niñas en la mayoría de los países, constituyen un contundente mentís al discurso conservador que sostiene que con las leyes generales es suficiente para garantizar derechos en igualdad de condiciones para mujeres y hombres.
Como sostienen las especialistas de la ONU, el progreso hacia la equidad y la justicia para mujeres y niñas todavía es muy lento.
Los gobiernos comprometidos con un estado de derecho deben profundizar las reformas que impulsen en avance en materia de derechos cívicos y humanos, con énfasis en los derechos negados a las mujeres durante miles de años.
Las autoridades de la República Dominicana, desde el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, los gobiernos municipales, y todas las entidades de servicios públicos, tienen que compromterse con la garantía de los derechos de las mujeres.
Pero los derechos no solo deben estar escritos en legislaciones, reglamentos y ordenanzas, es necesario que se conviertan en un instrumento vivo, de utilidad para la ciudadanía y de buen gobierno para todos los servidores públicos.
¿Casi 300 años para ver materializada la meta de la equidad entre hombres y mujeres?
¡Es demasiado!
Y así hay quienes intenten sostener que no son necesarias las legislaciones que garanticen mayor inclusión, participación y legítimos derechos para las mujeres.