El 28 de Julio cuando el Consejo Nacional Electoral de los resultados oficiales de las elecciones presidenciales muchos en Venezuela van a llorar, de alegría, o de tristeza. Aprendemos a llorar desde que nacemos como un mecanismo de comunicación primario que nos permite expresarnos cuando las palabras no son suficientes.

Lo que esta en juego para muchos trasciende la elección de un nuevo Presidente. En función de los resultados van a decidir si se quedan o no se quedan en Venezuela. Si vuelven. El posible reencuentro con los seres queridos fue el centro de una campaña muy emotiva en la que la publicidad electoral ha sido secundaria, lo verdaderamente importante han sido las miles de expresiones orgánicas que retratan sentimientos de dolor, ira, y al mismo tiempo de esperanza.

El sociólogo Marshall Ganz de la Universidad de Harvard plantea que los procesos de cambio deben promover narrativas colectivas en la que los ciudadanos se sientan protagonistas. Palabras más, palabras menos, que hagan campaña por ellos, hablando de lo que para ellos esta en juego, y no sólo hablando de los candidatos, sus propuestas y sus diferencias.

Esa es la campaña que rodea al candidato Edmundo Gonzalez y a Maria Corina Machado, una ola de testimonios orgánicos han inundado todas las redes, videos, jingles, Venezolanos que con su creatividad retratan sus motivos para tener fé en que esta vez el cambio si es posible. La fé trasciende lo racional. La fé trasciende partidos, ideologías, críticas, argumentos. Quienes han decidido tener fé no creen ya en la discusión sobre condiciones adversas, son parte de una cruzada espiritual por el cambio que ellos desean e imaginan posible.

El contraste entre las campañas de Edmundo y Maduro es abismal. La campaña de Maduro tiene vallas, spots producidos, inclusive una película sobre su vida. La de Edmundo parece ser más bien artesanal. Las dos llenan sus mitines y eventos. Maduro habla de continuar los cambios y transformaciones. Edmundo habla de cambio, esperanza y reconciliación. Maduro insiste en que su gobierno es el único que garantiza la paz, Maria Corina le responde que sus intimidaciones ya no asustan a nadie.  Y la vocería de Maria Corina ordena al votante opositor.

Maduro tiene más de 10 años en el poder.  No es fácil su campaña. Cómo convencer al electorado que va a hacer ahora lo que no hizo en mas de 10 años? Cómo convencer a Chavistas decepcionados de que mantenerse fiel al comandante es mucho mas que usar sus símbolos? Mas allá de su publicidad pareciera que muchas de sus consignas se han quedado estancadas en el tiempo.  Es muy difícil culpar a otros e ilusionar después de tantos años.

Este es el primer proceso electoral en el que la oposición llega a la elección con una ventaja contundente en las encuestas en las que en promedio Edmundo supera por al menos 20 puntos a Maduro. Para que esa ventaja se traduzca en victoria el factor determinante del domingo 28 de Julio será la concurrencia/abstención. A mayor votación, mayores probabilidades tiene la oposición de celebrar al terminar la jornada electoral.

Edmundo Gonzalez terminó siendo el principal candidato opositor  de forma inesperada, algunos días hasta pareciera que en contra de su voluntad. Quizás su principal debilidad terminó siendo su principal fortaleza, el no ser un candidato tradicional del mundo político. Por supuesto que su crecimiento sólo se explica con el aval de Maria Corina Machado, igual  suman mucho sus atributos de hombre bondadoso, respetuoso, educado. Transmite ser una buena persona, y consecuentemente su mensaje de reconciliación y unidad es mucho mas creíble.

En pocas horas veremos si hay o no transición democrática en Venezuela. Las horas finales serán interminables para quienes tienen esperanza en esta elección.  El mundo entero mira a Venezuela para ver si las emociones de un pueblo deseoso de cambio supera las adversidades.