Las elecciones municipales, como fueron previstas, se realizaron y fueron exitosas. Amplia participación de los votantes, escasos escarceos violentos, quejas reducidas de la oposición o del partido oficialista, y finalmente un escrutinio que refleja la intención de la ciudadanía de seguir contando con autoridades municipales que cumplan con su deber y sirvan a los propósitos de los gobiernos locales.
Los ciudadanos cumplieron con su deber, al acudir a los centros de votación de forma ordenada y con su documento que lo faculta para el ejercicio del derecho de elección de autoridades. Hombres y mujeres, jóvenes y adultos, algunos con dificultades de movimientos o con alguna enfermedad, se apersonaron para elegir autoridades municipales, en un compromiso que habla muy bien del civismo ciudadano. Habría que esperar para que la JCE entregue los datos de la abstención, pero se esperaba que en esta votación municipal se redujera el nivel de abstención de las municipales del 15 de marzo del 2020, que fue de un 49 por ciento.
Las autoridades electorales hicieron una gran labor, al cumplir con las expectativas de unas elecciones sin traumas, sin errores fundamentales que representaran un dolor de cabeza institucional y un caos en las demandas de aclaraciones o decisiones de última hora para corregir los errores. Las autoridades militares y policiales rindieron un excelente servicio en este proceso, protegiendo los centros de votación y aportando disciplina en los lugares donde hubo mayor concentración de votantes.
En las horas previas a las elecciones, en lugares como Fantino, Barahona y Azua hubo hechos violentos que pudieron representar tragedias, aunque no se pueden computar como parte del proceso electoral. Esos sucesos no ensombrecieron las elecciones, ni elevaron los ánimos de los líderes políticos, aunque sí hubo denuncias de compras de votos en algunos lugares, y hubo quienes recordaron la frase de Juan Bosch de “vergüenza contra dinero”.
Hay que felicitar a los partidos políticos. De la oposición y del gobierno. Aliados en ambas direcciones, a los partidos de menos recursos, a los movimientos independientes. Todos fueron parte de un proceso democrático con el que contribuyeron, con su sola presencia y de sus candidatos, en diferentes demarcaciones del país. Hubo denuncias, sospechas, alarmas de apagones eléctricos y tecnológicos, y ataques políticos por uso de los recursos públicos. Todo eso entra en la política, porque la Procuraduría Especializada para Asuntos Electorales debió recoger esos casos y presentar resultados de sus investigaciones. Hasta ahora no lo ha hecho.
Un informe de Participación Ciudadana da cuenta de las irregularidades menores del proceso de este 18 de febrero. Entre ellas la realización de campaña electoral por parte de los partidos políticos opositores y oficialistas y aliados. “Participación Ciudadana resaltó, sin embargo, que, hasta el momento, y a pesar de las irregularidades señaladas, las mismas no ponen en cuestionamiento la calidad del proceso electoral ni la legitimidad de los resultados previsibles”.
Estas elecciones, además de ser un ejemplo de organización y eficacia del organismo electoral, son una manera de aprendizaje democrático para el liderazgo político y para los ciudadanos, en el sectido de acoger con tranquilidad y cordura los resultados de las mismas, porque representan la voluntad de los ciudadanos. Felicidades al conjunto de la sociedad dominicana por este ejemplar proceso electoral.