La tragedia ocurrida ayer en la tarde, en San Cristóbal, muy cerca del mercado municipal, debe ser investigada con la rigurosidad que demanda la existencia de por lo menos, reconocidos hasta el momento,  tres personas fallecidas, 33 ingresadas con serias lesiones y quemaduras en hospitales públicos, 7 personas trasladadas a centros asistenciales en el Distrito Nacional, y el auxilio de por lo menos 14 camiones de bomberos de la provincia, la región y del Distrito Nacional, además de 21 unidades del Sistema 911.

Esta información la ofreció anoche Joel Santos, ministro de la presidencia, quien hizo presencia en el municipio cabecera en nombre del gobierno y del presidente de la República.

Los actos programados para este martes y miércoles, con la asistencia del presidente de la República, quedaron en suspenso o se limitaron a la presencia de funcionarios del área, para que el presidente Abinader concentre sus actividades en la atención de esta tragedia.

El impacto de la explosión y la magnitud al parecer opacó la capacidad de información de las autoridades y de los vecinos del lugar, que no lograron precisar el nombre del negocio donde se produjo la explosión. Unos dijeron que se trató de una explosión en una estación de combustible, y que el tanque de almacenamiento estalló. Otros dijeron que era una fábrica de productos plásticos, que había explotado por gas almacenado.

Los medios en general hablaron de un establecimiento comercial en la parte céntrica de San Cristóbal. La empresa de productos plásticos afectada estaba en una de las esquinas del mercado viejo, de la calle Padre Ayala. Es lo más preciso que se dijo.

La investigación deberá determinar el origen de la tragedia, y si hubo descuido o dejadez de las autoridades y de los administradores del negocio explosionado. 

Se sabe que los daños son cuantiosos, por las pérdidas de vidas humanas y las lesiones que se produjeron, con quemaduras de varios grados. Algunas quedarían con lesiones permanentes.

Un menor de meses de nacido falleció, así como jóvenes que se encontraban en las proximidades. Habrá que determinar la real cantidad de fallecidos. La explosión dio origen a un incendio de grandes dimensiones que fue controlado en horas de la noche.

Una empleada del área de negocios de una sucursal del Banco de Reservas perdió la vida, y un agente de seguridad del mismo banco resultó con graves lesiones. La oficina principal de esas entidad, ubicada a una distancia mayor, resultó con los cristales rotos por el impacto de las explosiones.

Otros negocios padecieron los mismos efectos. Viviendas, edificios y negocios fueron seriamente dañados, lo mismo que automóviles resultaron destrozados.

Es muy lamentable que en esta tragedia, además de las vidas que se perdieron, los lesionados, y los daños materiales, haya habido individuos que se dedicaron al pillaje, que rompieron cristales para penetrar a negocios a robar, a desguazar vehículos semi destrozados. Todo esto evidencia la falta de solidaridad de algunos, la naturaleza vil de ciertos individuos que no se detienen en su falta de escrúpulos ni siquiera ante la peor de las tragedias.

Nuestra solidaridad con las víctimas, y con sus familiares, así como con las personas lesionadas. Con la esperanza de que puedan obtener una rápida recuperación.

Aspiramos a que las autoridades de Salud Pública intervengan en el lugar, no sólo para proporcionar atención a quienes resultaron con pequeñas lesiones y que no acudieron a los hospitales, sino que se provea atención psicológica a toda la comunidad impactada por la explosión y sus consecuencias, en particular a los familiares de los fallecidos.

El Estado debe actuar para conocer lo que pasó y aplicar correcciones. No es la primera vez que una tragedia como esta nos ocurre. En barrios de la zona norte y de la zona oeste ocurrieron tragedias parecidas en administraciones anteriores.

Si se determina que hubo negligencia de parte de los propietarios y administradores del negocio donde se originó la explosión, habría que aplicar sanciones, disponer correctivos, y poner en marcha algún sistema de seguridad para evitar que situaciones como esta sigan repitiéndose.