El país fue testigo anoche, 24 de abril, del primer debate presidencial de la historia electoral de la República Dominicana.

Utilizando las analogías utilizadas por Julio Génaro Campillo Pérez, en su análisis sobre la historia dominicano, anoche “cantó el ruiseñor” y no el grillo.

Obviando las muy apreciadas calificaciones sobre quién ganó y quién perdió el debate, hay que decir que el gran ganador fue el país, el proceso electoral, y los participantes en la discusión, porque fueron parte de un acontecimiento histórico, con significación inmediata y para la historia futura de los procesos electorales de nuestro país.

Otro gran ganador fue el sistema de partidos políticos, porque se integró a una nueva dimensión del ejercicio de la política y de los procesos electorales.

La Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios ha tenido un gran éxito público, por haber insistido y obtenido el consentimiento de los tres principales candidatos presidenciales, incluyendo en esta ocasión al presidente de la República, que fue el primer en revelar su disposición para acogerse al debate, lo que animó a los dos restantes invitados.

ANJE organizó bien los debates senatoriales, vicepresidencial y presidencial. Técnicamente fueron equitativos, equilibrados, temáticamente fueron ampliamente inclusivos, incluyendo la réplica como recurso para que los participantes pudieran equilibrar sus ideas frente a las de sus contendientes.

Lo que habría que estimular que se queden como una norma, voluntaria, para que en cada proceso electoral los principales aspirantes, los que hayan obtenido por encima del 5 por ciento en la última contienda electoral, aseguren su presencia.

Y por la calidad y decencia del debate que hemos visto este miércoles, se darán cuenta los aspirantes presidenciales, incluyendo al presidente en otra circunstancia, dejen atrás el miedo y asuman que este es un gran recurso para presentar al país sus ideas y propuestas.

Las fortalezas de las candidaturas presidenciales se crecen entre el público, aunque no hay experiencia de que un debate pueda variar la decisión de votar de los ciudadanos. Pero este recurso democratizador es valioso, objetivo y adecenta la participación de los políticos y de los ciudadanos en política.

Otra posibilidad es que el debate, en vez de ser organizado por empresarios que tienen agendas muy específicas, pueda ser organizado por universidades. ANJE lanzó la idea y la ha sostenido por año, resignándose a los debates municipales de la principales plazas políticas, y los senatoriales. 

Apreciamos y felicitamos a los participantes en este debate, Luis Abinader, Leonel Fernández y Abel Martínez, porque fueron portadores de testimonios sobre su manera de ver los temas nacionales y los asuntos relacionados con nuestro futuro como nación. Anoche electortalmente cantó el ruiseñor en nuestra historia política.