De nuevo es necesario abordar un tema que lleva años flotando y que  afecta a un sector importante de la sociedad. Desde 2018, los campesinos de La Culebra, El Seibo, plantean el problema de la expropiación de su tierra. El Gobierno anterior, con una insensibilidad preocupante, no tuvo voluntad política para una solución pertinente y justa. En estos momentos, los campesinos emprenden una nueva etapa que tiene como horizonte el mismo eje, la recuperación de su tierra. Su firmeza no admite quiebra a pesar de las vicisitudes que les afecta.

 

A la postura firme se ha de añadir la cohesión como grupo y la convicción de que luchan por una causa legítima que ninguna instancia puede soslayar. Este modo de proceder constituye una fuerza inspiradora para cada miembro y para el grupo. Esta fuerza ha de animar la negociación con las autoridades actuales.  En coherencia con el discurso, habrán de ponerle atención a las necesidades de estos campesinos. El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader Corona, tiene la oportunidad de hacer simplemente un acto de justicia. Estos  campesinos ya no resisten más maltrato e indiferencia, por ello la necesidad de que se les preste la atención debida.

 

Es una pena que siempre haya que apelar al presidente de la República. Lo convertimos en mago y en el que debe solucionar todo. Esta realidad se mantendrá mientras los funcionarios se asuman como veletas.  Es una vergüenza para el país, tantos funcionarios que no hacen nada. Tienen demasiado inteligencia para hablar y cobrar altos salarios. Pero carecen de sensibilidad humana y sentido de justicia. Los campesinos no tienen que estar mendigando su tierra. Los funcionarios deben actuar  con anticipación y evitar que para todo haya que apelar al presidente. Los ciudadanos necesitan que las instituciones del Estado y los que las representan actúen con responsabilidad y eficiencia. Esto forma parte de la seguridad y del bienestar a que tienen derecho las personas de una nación. Es alarmante el desgaste que sufren las personas para lograr que se respeten y se cumplan sus derechos.

 

La justicia es un valor muy importante, pero su ejercicio en la sociedad dominicana es bastante difícil todavía. Para los empobrecidos, la justicia es inalcanzable. Los de alto poder político, económico y social, la manejan a su antojo. Se reconocen los avances que experimenta la justicia a partir de la

gestión que lidera la Dra. Miriam Germán. A pesar de ello, hay que transformar la mentalidad y la práctica de muchos representantes de la justicia que continúan con formas anacrónicas de pensar y de hacer.

 

El apoyo a los campesinos de la comunidad La Culebra es necesario, es urgente. No hay tiempo para pensar, ni decir, que es un problema heredado del gobierno anterior. Lo que se requiere ahora es una decisión justa y pronta. La falta de atención al problema amplía la injusticia y robustece los riesgos que afectan a los campesinos y a sus familiares. No se busca otra cosa que no sea simplemente justicia.