La salud es vital para que la sociedad crezca en desarrollo. La atención a la salud es un servicio, público y privado, que debe atender a todos los ciudadanos y ciudadanas, sin discriminación. La atención en salud, sin embargo, es un negocio para las clínicas y hospitales privados, y un servicio público precario para los hospitales y centros asistenciales del Estado. La atención en salud por vía del Sistema Dominicano de Seguridad Social, es un intermedio que financian las empresas y los empleados, de forma conjunta.

Los que dirigen el negocio de la salud, reunidos en la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados, se quejan de la inexistencia de ganancias en sus operaciones. Dicen por vía de su presidente, Rafael Mena, que muchas están quebradas.

¿Por qué cierra un negocio que ofrece servicios que las personas necesitan? ¿Son mal administrados? ¿Tienen competencia desleal? ¿Ha mejorado la calidad del servicio de salud de los centros de atención pública? ¿El personal de servicio es exigente y cobra salarios por encima de los que pueden pagar las clínicas? ¿El sistema de Seguridad Social ha perjudicado a las clínicas privadas?

El tema resulta controversial. La salud es el tema de mayor atención desde que surgió la pandemia de COVID-19 en 2019, y que aún no ha sido eliminada. Las personas que cuentan con seguros de salud privados, o están en el Seguro Nacional de Salud, realizan pagos cuantiosos por el co-pago establecido por las clínicas y los médicos, laboratorios y otros servidores del área de salud.

Realmente, para quienes la salud resulta excesivamente onerosa es para los ciudadanos. Antes que las clínicas y hospitales privados, quienes pueden hablar de quiebra en la salud son los ciudadanos que necesitan atención. Y no hablemos de los medicamentos, que ya ese tema es harina de otro costal.

La periodista Natali Faxas ha elaborado un reportaje donde cuestiona los aspectos relacionados con las finanzas y la salud, que recomendamos leer, porque este tema seguirá siendo importante y seguirá cobrando relevancia. Muchos países han logrado la atención en salud, con calidad, con dignidad, sin costo alguno para los ciudadanos.

No es ocioso pretender analizar los datos que ofrece este reportaje a partir de la conversión del negocio de salud en servicio de salud. Urge.

Y se necesita que las instituciones estatales de servicios de salud, comenzando por el Ministerio de Salud Pública, el Gabinete de Salud, el Consejo Nacional de la Seguridad Social, el Servicio Nacional de Salud, además de los hospitales y centros oficiales sectoriales, asuman el compromiso de la salud con calidad de atención, racionalidad, dignidad, y ningún costo para los ciudadanos, aparte del que pagan por vía de los impuestos que cobra el Estado.