Satisface que las autoridades de la Procuraduría General de la República procedieran rápidamente con la incineración de las 9.8 toneladas de cocaína, incautada en el Puerto Multimodal Caucedo, el pasado 6 de diciembre.

Las dudas son libres, y el riesgo de un asalto, un robo o un descuido de los organismos de seguridad y cuidado de la mercancía no hay que dejarlos a un lado. La mejor decisión fue terminar con ese producto de modo que no haya retorno. El acto de quema de la droga se realizó en la sede de la Primera Brigada de Infantería del Ejército de la República Dominicana, ubicada en el kilómetro 25 de la autopista Duarte, del municipio Pedro Brand.

Para delincuentes, narcotraficantes, ladrones de toda laya, e incluso para miembros del aparato militar atrevidos y deseosos de enriquecimiento rápido, alcanzar una mercancía valorada en 250 o 300 millones de dólares, resulta demasiado atractivo, aún corriendo los riesgos de lugar. Se llevarían algo parecido a la mitad del contrato de Juan Soto, un esforzado jugador de beisbol dominicano, quien acaba de acordar un contrato de 765 millones de dólares y 15 temporadas, con los Mets de Nueva York, dando batazos durante cada temporada.

Para Miriam German Brito esta operación representa un golpe al narcotráfico y es la demostración de que los organismos estatales, trabajando juntos, pueden tener resultados satisfactorio en la lucha contra el crimen organizado. “Es una muestra fehaciente, de cómo el trabajar juntos para prevenir y erradicar este delito es garantía de éxito”, dijo la Procuradora General de la República.

Con un entusiasmo por encima de lo que es común en ella, Miriam Germán Brito dijo que había que declarar el 6 de diciembre, fecha de la incautación, como “Día de Júbilo” en la lucha contra el tráfico de narcóticos.

La droga venía desde Guatemala, con paso por el Puerto Multimodal Caucedo, y con destino a Bélgica. Las autoridades de Guatemala aclararon que hicieron la inspección de los furgones y no la detectaron. Y se trataba de movilizar 320 sacos, que en total contenían 9,587 paquetes, con un peso estimado de 21,605.28 libras de cocaína.Captura-de-Pantalla-2024-12-09-a-las-4.34.01-p.-m.-728x341

Hay que suponer que la decisión de la quema de la cocaína fue una decisión tomada cumpliendo con los procedimientos legales correspondientes. Hay por lo menos 10 personas relacionadas con el Puerto Multimodal Caucedo en investigación, y en caso de proceder judicialmente contra cualquier responsable, directo o por complicidad, se reclamaría el cuerpo del delito en los tribunales. Y como en casos como este la seguridad es un punto relevante, la decisión fue eliminar la droga.

El almacenamiento de cocaína, por más cautela y seguridad que aporte el organismo que la guarde, siempre representa riesgos mayores. Y la mejor decisión es que las llamas hicieran justicia pronto, para desaparecer la sustancia y al mismo tiempo cualquier ambición deshonesta de hurto parcial o total de la misma.

En la quema de la droga, participaron, además de la procuradora Miriam Germán Brito, el ministro de defensa, teniente general Carlos Antonio Fernández Onofre; la ministra de Interior y Policía, Faride Raful y el ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, también, la titular de persecución del Ministerio Público, Yeni Berenice Reynoso. Estuvo también el mayor general Jorge Iván Camino Pérez, comandante general del Ejército; el vicealmirante Agustín A. Morillo Rodríguez, comandante general de la Armada Dominicana; el mayor general Piloto, Floreal Tarcicio Suárez Martínez, comandante general de la Fuerza Aérea de la República Dominicana; el vicealmirante, José Manuel Cabrera Ulloa, presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas; el mayor General, Ramón Antonio Guzmán Peralta, P.N., director general de la Policía Nacional.

Se entiende con los ojos y comprobación de estas autoridades, no hay forma de poner en duda, negar o falsean que lo realizado fue un acto físico y evidente, comprobado químicamente, y no una acción de ficción, para concluir con la tentación de cualquier atrevido.