El intenso calor en este verano del 2023 ha traído, como era de esperarse, un aumento de la demanda de energía eléctrica.

En el caso dominicano, se han registrado las temperaturas más altas en la historia, y las interrupciones en los servicios de energía han despertado sorpresa, primero, y rechazo por una población que se acostumbró a no tener apagones.

Críticos como Bernardo Castellanos, ingeniero y consultor en temas eléctricos, han cuestionado los datos aportados por el sector eléctrico oficial, por ejemplo sobre la supuesta mayor demanda de energía, y se escudan en los propios datos oficiales, partiendo del 2018.

2018 2,516 Mw

2019 2,769 Mw

2020 2,840 Mw

2021 3,079 Mw

2022 3,161 Mw

2023 3,410 Mw

El incremento de la demanda y del consumo es “natural”, porque hay cada día más usuarios, más empresas, y es necesario proveer el aumento del consumo.

Incremento anual demanda máxima, según Castellanos es como sigue:

2019-2018 253 Mw, 10.06 %

2020-2019 71 Mw, 2.56 %

2021-2020 239 Mw, 8.42 %

2022-2021 82 Mw, 2.66 %

2023-2022 249 Mw, 7.88 %

Como se puede apreciar, al igual que la energía generada crece año tras año, de igual manera la demanda máxima horaria crece año tras año, por lo que cada año se establece un nuevo récord de energía generada y demanda máxima horaria, aún en el 2020, año de la pandemia, con la economía prácticamente cerrada por varios meses, al decir del técnico citado.

¿Cuál es el problema que tiene el país con el sector eléctrico?

Hay muchas explicaciones, incluso desde el propio gobierno. Es poca la inversión pública en este sector, han dicho algunos, otros sostienen que la planificación ha fallado en esta administración, y que como consecuencia de ello las pérdidas se colocan en cifras en dólares y muy altas.

Otros sostienen que las redes de transmisión están siendo reparadas, y esos trabajos provocan las interrupciones. Es probable que haya exageración, pero las quejas son notables desde provincias turísticas como La Altagracia y Puerto Plata, hasta centros industriales como Santiago.

El presidente de la República, Luis Abinader, ha producido cambios mínimos en el sector eléctricos y desde el inicio de su administración sigue arando con los mismos bueyes. Algunas salidas han sido motivo de preocupación, como la del ingeniero Manuel Lara Hernández, quien fuera presidente del Consejo Unificado de las EDES, y apenas se sostuvo en la posición. El presidente designó en su lugar a Manuel E. Bonilla, ex presidente de la Barrick Gold.

El administrador de Edeeste fue cancelado hace apenas unos días por el presidente de la República, y en su lugar fue designado Manuel Mejía Naut.

La vicepresidenta de la República, Raquel Peña, dijo que los apagones que afectan a una parte de la sociedad no ocurren por problemas financieros o deudas con los generadores, sino por arreglos que se realizan en las redes de transmisión.

"Para nuestro gobierno la generación eléctrica es de suma importancia porque es determinante el nosotros poder ofrecer una mejor calidad de vida de toda nuestra gente. Nuestro compromiso es proveer un mejor acceso a servicios energéticos que son fundamentales para garantizar el desarrollo y el bienestar”, dijo.

Raquel Peña es la presidenta del Gabinete Eléctrico. Y dadas las diversas versiones que se han expresado sobre lo que pasa al sector eléctrico, y en particular a la prestación del servicio de forma continua, hace falta que ese Gabinete se reúna y se ponga de acuerdo, y le brinde coherencia a la versión oficial sobre lo que está ocurriendo a los servicios tan fundamentales como la electricidad.