Entre el 15 de agosto y el 15 de octubre se encuentra el segmento más activo de la temporada ciclónica, y la sinuosa trayectoria y la baja velocidad de traslación de la misma con un evidente reflejo de una temporada de huracanes en período de cambio climático.
El gobierno y el sector privado han adoptado las medidas pertinentes para evitar desastres humanos y materiales, especialmente por la gran cantidad de lluvia que se espera en las próximas horas.
La directora de Meteorología, Gloria Ceballos, ha informado que en el Distrito Nacional podría caer más lluvia que la caída en la tormenta que nos afecto el 4 de noviembre del pasado año y que inundó la capital, además de que produjo numerosas muertes por ahogamiento, aparte de los daños materiales ocasionados.
La tormenta Franklin es un fenómeno con sorpresas. Ha cambiado varias veces de dirección, ha hecho virajes inesperados, y anoche comenzaba a distanciarse del litoral dominicano, luego de presentar seria amenaza para el país, con una proyección de penetración por Azua, y salida por Puerto Plata. Su velocidad es de apenas 4 kilómetros por hora, lo que prolonga su permanencia en el litoral sur de la isla.
El Centro de Huracanes de Florida sostiene que el centro de la tormenta no se define con certeza, y que ese solo dato hace difícil determinar con claridad su trayectoria.
El gobierno anunció estas noche, a través del ministro de Trabajo, que este martes será laborable solamente hasta el mediodía y que el miércoles no será laborable, en prevención de los efectos nocivos que pudiera tener este fenómeno atmosférico.
Una de las situaciones más peligrosas que pudiéramos padecer es la constante lluvia y la crecida del cauce de los ríos. Los embalses de las presas se encuentran en su mayoría casi en un 50 por ciento de su capacidad. Con las lluvias que han seguido y seguirán cayendo sobre la isla, los embalses seguirán subiendo y podrían demandar liberalización de aguas.
La crecida de los ríos ocasiona daños en la agricultura, y es mucha la tierra que se mueve, los puentes que podrían colapsar y los riesgos que habría para muchas familias con propiedades en sus alrededores.
El Centro de Operaciones de Emergencia deberá hacer uso de todos los recursos comunicaciones disponibles, especialmente radio y televisión, y redes sociales, para prevenir los mayores riesgos a los que nos exponemos con el paso de esta tormenta Franklin.
Es lo que corresponde en una situación de tanto riesgos, y sinuosidades de un fenómeno atmosférico como el que apenas comenzamos a conocer a través de Franklin.