La muerte violenta de Orlando Jorge Mera es una horrible tragedia que consterna a la sociedad dominicana.

Miguel Cruz, el supuesto amigo de infancia que le disparó en múltiples ocasiones, en su propio despacho, pudo penetrar a las instalaciones del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y luego llegar al despacho del ministro, sin que nadie haya requisado si portaba arma de fuego o no, y sin que se le retuviera mientras se reunía con el funcionario.

Es la segunda vez que ocurre, en los últimos siete años. Ocurrió con el presidente de la Federación de Municipios yentonces alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, y ahora con el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera.

Hijo del expresidente de la República Salvador Jorge Blanco y de Asela Mera, padre del diputado Orlando Jorge Villegas, hermano de la vice ministra administrativa Dilia Leticia Jorge Mera. Orlando fue político desde muy jovencito, fue presidente de la Juventud del Partido Revolucionario Dominicano. Fue presidente del PRD. Dirigente del PRM. Representante del PRM en la Junta Central Electoral. Presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones, abogado en ejercicio de grandes dotes profesionales.

Orlando Jorge Mera tenía un temperamento apacible, de voz siempre moderada, jamás se le vio con altanería por su condición de hijo de un presidente de la República. Fue militante de dos partidos políticos (PRD y PRM) y jamás mostró inclinación por la exaltación o la violencia.

Su muerte violenta, a manos de un amigo de infancia, deja muchas interrogantes que deberán ser aclaradas por los investigadores del Ministerio Público. El agresor mató a una persona honesta, tranquila, que cumplía con su deber, y se marchó del lugar para refugiarse en la parroquia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, donde se identificó y fue entregado a la Policía y al Ministerio Público.

Cuando fue buscado se le pudo ver, desde lejos, con rostro tranquilo, como si pensara que aquí no ha pasado nada. ¿Perdió su contacto con la realidad? ¿Su rabia contra Orlando llevaba días y previamente planificó el crimen?

Las autoridades del Ministerio Público tienen la responsabilidad de descubrir la verdad sobre esta horrible tragedia.

Nuestra solidaridad con la familia Jorge Mera y Jorge Villegas. El gesto de perdonar al homicida los engrandece. La justicia debe actuar y debe procurar mantener con vida al autodeclardo autor de esta muerte. Es necesario evitar que Miguel Cruz atente contra su propia vida o que pueda ser agredido por otros reclusos.

Una cosa si debe quedar como desafío del gobierno y de los cuerpos de seguridad del Estado: Debe procurarse que nadie pueda entrar con armas de fuego a los espacios públicos. Nadie. Ni un pariente, ni un amigo, ni un militar vinculado con la función pública de referencia.

La tragedia de Orlando tiene que servir para corregir este terrible error de la seguridad en las instituciones estatales. No queremos más casos como los de Juan de los Santos y Orlando Jorge Mera.