Este viernes concluyó el período establecido por la ley electoral para la publicación de encuestas de preferencias electorales.

Se dieron a conocer por lo menos cinco estudios finales de percepción e intención de voto durante de jueves a viernes, incluyendo los de la firma brasileña AtlasIntel, ACD Media, Gallup-RCC Media, y el último reporte de Mark Penn/Stagwell/Noticias SIN. Unos días antes el Centro Económico del Cibao hizo público su último análisis.

De no presentarse un evento catastrófico, y si se mantiene la tendencia que muestran las encuestas, no habrá sorpresa.

Para bien del país, se percibe un ambiente de madurez electoral, con una campaña tranquila, sin disturbios, con debate político entre los principales candidatos y con la presencia de todos los candidatos en los medios de comunicación en plena libertad, incluso en algunos casos extralimitándose en la libertad de expresión.

A partir de este fin de semana empieza la última fase de la campaña electoral, que concluirá a las 11.59 de la noche del 16 de mayo, cuando los partidos y candidatos deberán cesar su proselitismo y ceder espacio a dos días de descanso y sosiego. Ha de suponerse que, finalizada la campaña, la ciudadanía meditará en calma y hará un análisis crítico de las opciones de partidos y candidatos, para acudir a votar con entusiasmo y convicción el domingo 19 de mayo. Alentamos a la población a que acuda a cumplir con su deber cívico y ciudadano de escoger las autoridades legislativas y del Poder Ejecutivo que gobernarán hasta el 16 de agosto de 2028.

Hemos tenido una campaña electoral civilizada, sin violencia, con lenguaje mesurado y propio de una competencia con posiciones políticas, que no son de vida o muerte, sino parte del juego democrático. En este sentido hay que saludar el nuevo temple político de los partidos y sus líderes.

Este proceso deja también enseñanzas que debemos aplaudir. Los debates organizados por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios entre los aspirantes a senadores de Santiago y el Distrito Nacional, los debates de las tres candidatas vicepresidenciales, y el debate de los tres principales aspirantes a la presidencia de la República.

Con una lista de preguntas más propia de empresarios que de periodistas, los temas fueron propuestos y debatidos, en acuerdo con los candidatos, y todo resultó positivo, para comenzar a desbloquear los debates presidenciales en el país, y convertirlos en una costumbre abierta, democrática y educativa del electorado. Nadie pierde una candidatura presidencial por un debate, aunque puede que haya quien la gane, confirmado su temperamento y conocimientos para discutir los temas sustanciales del país.

Hemos contado con un Tribunal Superior Electoral que ha jugado su rol, debatiendo los temas de derechos y de quejas de los líderes y aspirantes a posiciones, y hemos contado con una Junta Central Electoral que también cumple con su responsabilidad de manera equilibrada, moderada, imparcial, pero con firmeza para hacer que los candidatos y partidos cumpla con sus obligaciones y deberes.

Pese a la opinión socorrida, de que asistimos a la campaña electoral más aburrida de los últimos tiempos, pensamos que se trata de la campaña más pacífica y educada de los últimos tiempos.