La revelación de un diario de Kenia del acuerdo firmado por los ministros de defensa de Estados Unidos y el país africano, para la recepción de los recursos con lo que las fuerzas armadas de Kenia se desplazarían hacia Haití, con una fuerza de mil hombres, es una confirmación más de que las Naciones Unidas aprobará la operación militar para intervenir en Haití.

Estaba claro que Estados Unidos se negaba a disponer de tropas de su país para desplegarlas en Haití, pero siempre se mostró dispuesto a colaborar con una parte de los recursos necesarios para la operación militar, que incluye desplazamiento, hospedaje, salarios, municiones y otros costos, dependiendo de la cantidad de militares que se despliegue en Haití.

Varios países han apoyado la operación militar, incluyendo algunos de América Latina, como México, y otros de Europa, como España. Además Kenia ha dispuestos de mil soldados para la operación. No se sabe cuánto tiempo permanecerían estas tropas en Haití. Podría ser una operación de largo plazo, en caso de que se cumpla la amenaza de las bandas armadas, como el G9 que encabeza Jimmy Cherizier, alias Barbecue, quien ha dicho que hará una guerra de todo el pueblo haitiano contra los interventores.

Es muy probable que el viernes de este semana se tenga ya información de la aprobación, por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, del posible desplazamiento de la operación de pacificación en Haití. Esa decisión determinaría rápidamente la operación en marcha, y daría a conocer los países que participarían y la cantidad de tropas que cada uno enviaría.

Haití necesita ser pacificado. Haití tiene que encontrar el camino para regularizar su gobierno y sus instituciones. La responsabilidad del gobierno de Ariel Henry sigue siendo organizar elecciones presidenciales y congresuales, y que cada departamento también renueve a sus autoridades, y haya un congreso que apruebe las designaciones emanadas del poder ejecutivo, incluyendo la designación de un primer ministro, así como la designación de jueces y autoridades departamentales.

La República Dominicana está en el deber de ofrecer apoyo a esta operación. El presidente Luis Abinader ha sido claro al respecto. También el gobierno dominicano deberá decidir si ofrece o no facilidades a la operación de pacificación, para que los militares enviados desde diferentes lugares puedan aterrizar o recibir facilidades fronterizas, que aún se mantienen cerradas.

Este lunes el presidente Luis Abinader afirmó que en una o dos semanas el gobierno podría disponer una flexibilización del cierre de las fronteras. Esa operación podría ser una de las causas de la flexibilización de la medida del Consejo Nacional de Seguridad.

En caso de que la operación de pacificación se realizara en las próximas semanas, la República Dominicana deberá mantener estricta vigilancia sobre las fronteras con Haití, para evitar que los responsables de bandas haitianas, o sus colaboradores, evadan la persecución que contra ellos se desate.

Esta noticia es alentadora y podría ser un elemento nuevo en esta crisis, que desalentaría también el ánimo levantisco y antidominicano que se ha desatado en Haití en las últimas semanas.

La posición de los Estados Unidos, planteada por Antony Blinken:

El pasado viernes, Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, asistió a una reunión sobre la situación de Haití, realizada en el Hotel Palace de Nueva York, y allí estableció la posición de su país sobre la fuerza internacional de pacificación de Haití. He aquí sus palabras:

Todos sabemos que la situación en Haití es muy grave: En los primeros seis meses de este año mataron a más de 2.000 personas; hubo más de 1.000 secuestros en el mismo período; más de cinco millones de haitianos necesitan asistencia humanitaria con urgencia; decenas de miles de haitianos enfrentan una situación de hambre catastrófica; y hay cerca de 60.000 presuntos casos de cólera. Casi la mitad de esos casos son menores.

Al mencionar estas estadísticas, creo que debemos recordar lo que significan, y cómo es la realidad sobre el terreno para la población haitiana, porque es fácil perderse en números y abstracciones. Estas son vidas reales, y los efectos son profundos.

Para quienes residen en comunas como Cité Soleil o Cabaret, significa, de hecho, que el agua potable limpia y la electricidad han estado interrumpidas durante más de un año. Significa centros de salud y hospitales cerrados. Significa que hay gente que pasa días sin una sola comida. Significa que los padres no pueden enviar a los niños a la escuela. Significa menores sometidos a reclutamiento forzado por parte de pandillas, y mujeres expuestas a violencia sexual generalizada. Atreverse a salir del vecindario, para comprar comestibles o buscar trabajo, puede ser, y a menudo implica, una muerte segura.

Estados Unidos es el mayor donante individual de asistencia humanitaria a Haití. Estamos fortaleciendo a la Policía Nacional de Haití. Y desde julio de 2021, hemos invertido más de 120 millones de dólares para fortalecer su capacidad de contrarrestar a las pandillas y estabilizar el contexto de seguridad. Estamos adoptando medidas significativas para actuar ante el flagelo que representan las armas ilegales que llegan a Haití. Estamos brindando apoyo humanitario, que asciende a más de 205 millones de dólares en los últimos dos años. Empleamos sanciones y restricciones de visados para que rindan cuentas quienes financian a las pandillas.

Estados Unidos se ha comprometido a continuar y seguir acrecentando estos esfuerzos. Hoy, estamos adoptando medidas para imponer restricciones adicionales de visados a funcionarios actuales y exfuncionarios haitianos que están facilitando la violencia. En consonancia con ello, hemos designado a más de 50 personas.

También estamos anunciando otros 65 millones de dólares destinados a profesionalizar aún más a la Policía Nacional de Haití y fortalecer su capacidad para desarticular a las pandillas y proteger a las comunidades.

Dicho esto, también sabemos que se necesita más, mucho más, de todos nosotros. En particular, considerando el cierre reciente de todos los cruces fronterizos entre Haití y la República Dominicana. Alentamos a las partes a que lleguen a un acuerdo tan pronto como sea posible y, mientras tanto, instamos a que se genere una excepción humanitaria que permita la entrega de alimentos e insumos médicos.

Para que la ayuda llegue a los sitios donde se necesita, para que mejoren las condiciones para los haitianos, y para que sea posible un diálogo político crucial, sabemos perfectamente que la situación de seguridad debe estabilizarse.

Mientras la Policía Nacional de Haití trabaja para alcanzar un nivel de plena solidez y capacidad, la asistencia en materia de seguridad que brinden los socios internacionales puede ser fundamental para cubrir brechas. Por eso, Estados Unidos apoya una misión multinacional de seguridad respaldada por la ONU. El Gobierno de Haití, la sociedad civil haitiana, el secretario general de la ONU, la Organización de los Estados Americanos, CARICOM y otros socios internacionales, todos han hecho un llamamiento para una misión de este tipo.

La propuesta para esta misión planteada ahora ante Consejo de Seguridad de la ONU está diseñada para tener un carácter verdaderamente multinacional en cuanto a sus recursos y naturaleza. Para tener éxito, requiere de un esfuerzo colectivo. Y países de todo el mundo ya están avanzando en ello.

Celebramos y reconocemos la voluntad del Gobierno de Kenia de ejercer como la nación líder de esta misión. Kenia concluyó recientemente una visita de evaluación, sobre la cual esperamos con interés escuchar en el día de hoy. Apoyamos la visión de Kenia de una misión de seguridad tripartita, consistente en: proporcionar apoyo operativo a la Policía Nacional de Haití para combatir a las pandillas, garantizar la seguridad estática de instalaciones y caminos clave, y fortalecer a la Policía Nacional de Haití en el largo plazo. Ayer tuve la oportunidad de reunirme con el presidente Ruto y conversar sobre esa visión, e insisto en que aprecio enormemente el liderazgo de Kenia.

También agradecemos a Antigua y Barbuda, Bahamas y Jamaica, los cuales han prometido asignar personal para esta misión.

Estados Unidos está preparado para respaldar una misión de apoyo multinacional a la seguridad proporcionando robusta asistencia financiera y logística. Nos proponemos trabajar con nuestro Congreso para proporcionar 100 millones de dólares en apoyo, y nuestro Departamento de Defensa está preparado para brindar un sólido apoyo, que incluya asistencia en materia de planificación, apoyo en inteligencia, transporte aéreo, comunicaciones y apoyo médico.

Instamos a la comunidad internacional a que se comprometa a destinar más personal, así como equipos, logística, capacitación y financiamiento. Sin estas contribuciones no podremos tener éxito.

E instamos vehementemente al Consejo de Seguridad a que apruebe una resolución para autorizar esta misión. Una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU conforme al Capítulo VII es un requisito legal para muchos países a fin de que participen. Sabemos que están dispuestos a hacerlo, pero necesitan el respaldo de una resolución en virtud del Capítulo VII. Conforme lo señaló el presidente Biden en la Asamblea General esta semana, “el pueblo de Haití no puede esperar mucho más”.

Estados Unidos está trabajando con Ecuador para presentar un texto. Mientras avanzamos en ese proceso, tenemos presentes las lecciones aprendidas de misiones anteriores en Haití, incluida la necesidad de salvaguardar los derechos humanos y promover la rendición de cuentas. También reconocemos que una mejora en términos de seguridad debe ir acompañada de avances concretos para resolver la crisis política. La misión de apoyo no reemplazará la necesidad de progreso político. Pero sí puede contribuir a generar espacio para que Haití avance.

Con nuestro apoyo, esta misión podría desplegarse en cuestión de meses, y realmente no hay tiempo que perder. Podemos y debemos hacer lo que sea necesario para que eso suceda. La seguridad, la protección y el futuro del pueblo haitiano, y de los pueblos de toda la región, dependen de la urgencia con que actuemos. Por ello es tan importante que estemos todos aquí hoy. E incluso más importante es lo que hagamos a partir de hoy para poder avanzar.

Muchísimas gracias.