¿Cuál es la institución del Estado que tiene mayor experiencia en la lucha contra la corrupción? ¿La que más casos ha manejado? ¿La que más corruptos han pretendido tenerla en sus manos, y lo han logrado, para distanciarla de su objetivo trazado por la Constitución y las leyes? ¿La que más expectativas crea en la sociedad dominicana respecto del futuro de esa lucha contra la corrupción y la impunidad?

Sin duda, esa institución no es la Contraloría General de la República, tampoco es la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental, ni la Cámara de Cuentas de la República Dominicana. Es la Procuraduría General de la República, que está obligada a plantearse la forma de hacer duradero un proceso de independencia iniciado con la administración del presidente Luis Abinader, y que algunos sectores rechazan bajo argumentos que no convencen ni constituyen preocupaciones para quienes tienen tradición en la búsqueda de la transparencia.

Miriam Germán Brito, como procuradora general de la República, ha encabezado un Ministerio Público empoderado, con capacidad, sagacidad, recursos, vehemencia, pasión por el cumplimiento de la ley y con unas ansias inéditas de ofrecer resultados con condenas firmes a corruptos conocidos y no tan conocidos que han sido sometidos y que están siendo procesados por sus actos irresponsables.

Hicimos referencia al reconocimiento recibido por Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, de Participación Ciudadana y Transparencia Internacional, por su integridad y lucha contra la corrupción. También resumimos parte del discurso de Yeni Berenice Reynoso, la directora de Persecución de la Procuraduría General de la República.

En el futuro de la lucha anticorrupción, es necesario plantearnos la necesidad de la modificación de la Ley de Compras y Contrataciones, la creación de un equipo de investigación que apoye a los fiscales, un cambio de cultura para entender que corrupción no es sólo recibir dinero, cuando usted deja de investigar a alguien por ser de X partido o sector, usted está siendo corrupto…” propone Reynoso.

La ley de Compras y Contrataciones le ha quedado corta al país, para impedir los desafueros acostumbrados en funcionarios que buscan lo suyo en la función que desempeñan, y se asocian con entes del sector privado para enriquecerse. El gobierno tiene su proyecto de modificación. El equipo de investigación que apoye a los fiscales es también una urgencia: una forma de acelerar y eficientizar las investigaciones del Ministerio Público, para evitar retrasos en esos delicados procesos. Los partidos cuando llegan al poder se han creado los dueños del país, y con el pretendido criterio de que el poder todo lo puede, arropan a los fiscales. Lo que dice Yeni es que abandonar una investigación criminal porque un partido no la quiere es también un acto de corrupción.

La directora de Persecución tiene toda la razón cuando llama a la reflexión a los partidos políticos:

También ameritamos la responsabilidad de las organizaciones políticas de separar de sus filas a quienes incurran en actos de corrupción y no hacer lo que algunas hacen, de recurrir a la tradicional defensa de tachar las investigaciones con la etiqueta de persecución política: los miles de pruebas que nos esforzamos de buscar en cada caso desmienten sin mayor esfuerzo ese banal argumento y, sobre todo, es necesario entender que la lucha anticorrupción no solo necesita fiscales independientes… quien juzga debe ser imparcial”.

Estas palabras que siguen deben ser escritas sobre rocas, para que permanezcan, especialmente para quienes se convierten en parte de campañas mediáticas en la defensa de personas que no merecerían ser defendidas:

Finalmente, quiero decirles a quienes pagan campañas de descrédito con el mismo dinero que distrajeron del Estado… (¡Qué irónico! Atacan con el dinero que debía estar en los hospitales, en los organismos de seguridad del Estado para brindar una seguridad que la sociedad reclama y merece, en las escuelas… En fin, en los lugares y para los objetivos que se ha dispuesto) …A quienes presionan para que los procesos no salgan, a quienes amenazan e intimidan, a los que sacan espacios y comunicados: No pierdan su tiempo, no vamos a callarnos, no vamos a detener ninguno de los procesos en curso, no vamos a dejar de cuestionar las inconductas que vemos sin importar quién las cometas”.

Luce un serio compromiso del actual Ministerio Público en el sentido de que no detendrá ninguna investigación sin importar las figuras de que se trate. Hay que hacer las cosas bien y las investigaciones deben concluir como corresponde:

Cada investigación, sin reparar en el sector que toque, saldrá a la luz y siempre, como hemos hecho hasta ahora, con verdaderas y profundas indagatorias que desmantelan entramados de corrupción que han distraído miles de millones de pesos del patrimonio de todos, porque el patrimonio del Estado es de todos.

Pueden hacer todas las maniobras que han hecho, pero no van a detener los casos de corrupción. Mientras más acusados manden a su casa, más horas de trabajo dedicaremos a cada uno de las docenas de procesos en curso; mientras más campañas de descréditos paguen, nosotros nos seguiremos esforzando por ser más eficientes.

Al final, cada quien que rinda cuentas de sus actos, nuestras acciones están a la vista de todos, quien favorezca por intereses a un corrupto que tenga el valor de verles la cara a sus hijos para tratar de justificar que está  haciendo lo correcto, favoreciendo a un corrupto que ha desfalcado al Estado por miles de millones, mientras que a los pobres acusados por robos y delitos menores les niega lo mismo que le otorgan al acusado de crimen organizado, que le ha robado el derecho de tener un mejor futuro.

Quizás puedan engañar a los demás, pero posiblemente no puedan engañarse a sí mismos al verse al espejo y saber que, con su decisión, están contribuyendo a un clima de impunidad que daña todo, porque la corrupción es un obstáculo transversal al desarrollo del país y usted, teniendo en sus manos la posibilidad de hacer aquello para lo que juró, lo está utilizando para favorecer la impunidad.

Si usted puede vivir y sentirse orgulloso de eso, es su derecho, pero por favor no nos pida que lo llamemos honorable y no nos exija un respeto que usted mismo no se tiene.

Como dijo Geovanni Falcone, a quien admiro profundamente y un día me gustaría llegar a ser un granito de arena del servidor judicial que él fue:

"Quien no teme a la muerte muere una sola vez".