Las aclaraciones de este domingo en la noche del presidente Luis Abinader resultan válidas y necesarias.
El país tiene razones para evitar que unilateralmente grupos haitianos monopolicen las aguas del río Masacre. Es un tema para llevarse a la mesa del diálogo, y si no hay soluciones con los documentos previamente firmados, lo correcto es llevar las diferencias a un plano diplomático internacional, en donde puedan dirimirse sin violencia y sin profundizar en otros aspectos de una relación que resulta complicada.
El presidente Abinader ha ofrecido garantías de que los ciudadanos dominicanos, dentro de nuestro territorio, están y seguirán estando seguros, protegidos por sus autoridades, y que siempre se procurará la mesa de diálogo.
La falta de institucionalidad en Haití es un elemento de riesgo. El gobierno haitiano no controla su territorio, ni es aceptado por los ciudadanos del país y carece de legitimidad. Este fin de semana hubo manifestaciones en Haití demandando la salida del primer ministro Ariel Henry.
En Haití hubo una tragedia cuando el presidente legítimo, Jovenel Moise, fue asesinado. El país quedó sin presidente y sin primer ministro. Los países del Core Group decidieron que Henry asumiera como primer ministro.
No ha emprendido proyectos para legalizar y legitimar un gobierno, tampoco ha podido controlar el territorio haitiano, que se encuentran a expensas de bandas criminales y violentas. Quiere seguir en el poder, y para ello ha contado con el apoyo de la comunidad internacional y de los Estados Unidos. También de la República Dominicana.
El gobierno dominicano ha reclamado a la comunidad internacional apoyo para Haití, que en dos ocasiones ha pedido apoyo militar para la Policía Nacional de Haití.
Luego del cierre de las fronteras marítimas, aéreas y terrestres dispuestas por el presidente Abinader, el gobierno haitiano solicitó formalmente utilizar la vía diplomática para resolver la cuestión del río Masacre. También brindó apoyo a los constructores del canal de desagüe, como que no había hecho antes.
Sin las fronteras dominicanas, Haití entra en un proceso de desgaste y de confinamiento. Es muy probable que el tema del río Masacre ayude a los haitianos a la búsqueda de una solución política e institucional al margen del proyecto debilitado del Core Group.
Las armas y municiones que utilizan las pandillas haitianas son provistas por traficantes y vendedores de armas de los Estados Unidos, pese a que Naciones Unidas emitió una resolución recomendando que no se vendieran armas ni municiones a fuentes externas al gobierno de Haití.
Una posible explicación a la crisis provocada por el Masacre, más allá de lo que se ha dicho, es que el gobierno dominicano tenga la intención de llamar la atención y presionar a la comunidad internacional para romper la inercia y encontrar el camino de reencauzar Haití por el sendero de la democracia.
De no ser así, la presión migratoria podría continuar, y sobrepasar la capacidad de las autoridades para evitar que la frontera sea un punto de violencia y mayores desencuentros entre haitianos y dominicanos.