Luego de la decisión de Kenia, de aceptar enviar por lo menos 1,000 soldados hacia Haití, pero ayudar en la estabilización del país y el entrenamiento de la Policía Nacional Haitiana, Estados Unidos, Francia y otros países expresaron su apoyo a esa disposición.
Países africanos como Senegal y Nigeria también expresaron su disposición, dependiendo de la disponibilidad de recursos, para desplegar tropas de apoyo a la institucionalidad en Haití.
República Dominicana vio con simpatías la disposición y la saludó inmediatamente. El presidente de República Cooperativa de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, de visita en la República Dominicana, ha dado su visto bueno a la colaboración con Haití, y sostiene que en el ámbito del Caricom hay un sentimiento de simpatías con esa disposición.
En un almuerzo este martes en el Palacio Nacional, con delegaciones de los dos gobiernos, los presidentes dominicano y guyanés, expresaron su apoyo a la disposición de enviar soldados y de brindar apoyo a una causa tan noble. No expresaron disposición de los dos países de enviar soldados, pero si de estar presente y colaborar.
Estados Unidos, Canadá y Francia son los países con mayor posibilidad de estimular este esfuerzo, de modo que Kenia y los demás países africanos que se solidaricen con Haití no incurran en gastos extraordinarios para enviar soldados, ofrecer hospedaje y alimentación, además de los salarios que las tropas necesitan.
Por lo visto, se está pasando el sombrero a los países que puedan poner recursos para financiar esta operación. El costo mínimo estimado, para comenzar la operación de apoyo, sería de 500 millones de dólares. Es un monto de dinero que hay que buscarlo y tenerlo disponible para que los países que envíen soldados no corran con sus costos.
Estados Unidos ha dispuesto de cientos de miles de millones de dólares para Ucrania, y la Unión Europea ha puesto otra gran suma de dinero, además de que han entregado armamentos altamente sofisticados para esa guerra contra la invasión de Rusia en Ucrania.
No sería gran cosa que dispuesta de un pequeño monto de 500 millones, para comenzar, en esta operación de salvamento de la estabilidad, la normalidad y luego el crecimiento y prosperidad de Haití, un vecino y socio de la democracia en la región.