Visitar La Sierra es una extraordinaria aventura, y hacerlo acompañado del Banco Popular, para participar en la siembra de árboles que reforestan las hermosas montañas de esa zona del Cibao, convierte en más emocionante esa acción de compromiso y responsabilidad social personal y colectiva.

Tuvimos la oportunidad de acompañar a un significativo grupo de comunicadores el pasado sábado 12 de noviembre, invitados por el Banco Popular, para completar la siembra de un millón de árboles, que se inició a principio de este siglo, como parte de la responsabilidad social de la entidad financiera, y con la plena identificación de Don Alejandro Grullón Espaillat con el proyecto ideado por Monseñor Roque Adames Rodríguez.

A lo largo de 43 años el Banco Popular y el Plan Sierra han consolidado una gran alianza por el medio ambiente y la conservación y mejoría de la calidad de vida de los serranos. A partir del año 2000 y hasta ahora más de 13 mil voluntarios, principalmente empleados del Banco Popular, han participado en procesos de acompañamiento al Plan Sierra y a los campesinos y productores agrícolas de La Sierra, sembrando árboles y reforestando.

Con esas siembras se han capturado casi 322 mil toneladas de CO2, en 66 jornadas de siembra de diversas variedades, tanto árboles de reforestación y sostenibilidad de la capa boscosa como árboles frutales, y que abarcan un total de 16,262 tareas de tierra, del llano y de la montaña que han sido reforestadas.

Iniciando el trayecto a las 6 de la mañana del sábado y retornando alrededor de las 7 de la noche, no fue solo un acto de cumplimiento de un deber, sino de socialización y compañerismo de gente de los medios de comunicación, en sus diversas expresiones, con protagonistas de la conservación y protección del medio ambiente y de la mejoría de la calidad de vida de los habitantes de La Sierra.

A simple vista, es una noticia más. Sin embargo, es un acto de compromiso autoeducativo y de concienciación. El equipo de Acento que acompañó en este viaje tuvo la oportunidad de plantar, con tierra y polímero, por lo menos 60 árboles en las laderas de una inclinada montaña, y fue un acto de grandiosa satisfacción y compactación de voluntades.

En Plan Sierra fue creado por el presidente Antonio Guzmán (Decreto 643, del 28 de febrero, 1979) a instancia de Monseñor Roque Adames Rodríguez, para proteger ecológicamente y mejorar la calidad de vida de los dominicanos que viven en un área de 1,800 kilómetros cuadrados. Se convirtió en el más importante proyecto de conservación ambiental y de producción de agua y de bosques del país.

Los fundadores del Banco Popular, encabezados por Alejandro Grullón Espaillat, dieron apoyo a esta iniciativa desde su nacimiento, para cuidar y mejorar la calidad de vida de miles de personas residentes en las comunidades de Jánico, San José de las Matas, Monción y Santiago Rodríguez. Allí nacen 14 ríos, y con las esas aguas se sostienen provincias como Santiago, Espaillat y la Línea Noroeste.

Entre 1950 y 1980 los bosques de La Sierra fueron deforestados y la situación fue tan alarmante que una gran parte de los pobladores tuvieron que marcharse de sus comunidades, especialmente acogiéndose a las visas otorgadas por Estados Unidos. Esa fue la zona del país que más migrantes entregó a Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos. Se fueron los más educados y capaces. Comenzó a recuperarse a partir de los años 80, cuando Monseñor Roque Adames y un grupo de especialistas, apoyados por el sector privado y por el apoyo solidario de algunos países, se hicieron cargo del Plan Sierra.

Agradecemos al Banco Popular hacernos parte de esa historia de gente de trabajo con la tierra, con los frutales y alimentos, con la ganadería y con la producción de productos que forman parte de la alimentación del pueblo dominicano. Y por mantener durante décadas un compromiso que cada día se fortalece con la conservación del medio ambiente y la biodiversidad, incluyendo investigación continua y el mejoramiento de la relación natural de la gente con la tierra que le brinda el sustento.

Y felicitamos al Banco Popular y al Plan Sierra por ser ejemplo de una productiva y eficiente colaboración, que solo apunta a conservar la naturaleza de una de las zonas más productivas y hermosas de la República Dominicana.