Ana Selman Fernández, antropóloga social y con un amplio historial de trabajo en la sociedad civil y en los medios de comunicación, fue seleccionada por un concurso para ocupar la Secretaría General del Consejo Económico y Social (CES). En consecuencia, en septiembre pasado el presidente de la República, Luis Abinader, emitió el decreto 473-23, designándola y respondiendo con ello a una recomendación del CES, y acogiéndose al mandato de la Ley 142-15, sobre cómo debe constituirse el Consejo del CES.
En enero del 2024, pese al concurso del CES, pese al decreto del presidente Abinader, y pese al conocimiento público de que ese fue un proceso respaldado por el sector social y el sector laboral, la señora Ana Selman Fernández aún no ha sido juramentada ni ha tomado posesión de la posición en la que ya está designada.
El sector empresarial ha presentado objeciones a la elección de Ana Selman Fernández. Ellos desean la revocación de la elección, además de la revocación del decreto presidencial, para que en la misma posición de la señora Selman Fernández sea designada la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios.
Sin ninguna legitimidad, sin aprobar ningún concurso, y por encima de los procesos ya terminados, además de que desean un aumento salarial que esté acorde a los niveles de ingresos de la persona que ellos desean ocupe la Secretaría General del CES.
Y es lamentable que se establezcan raseros ideológicos como el que pretende imponer el sector empresarial al CES, por encima de los dos sectores que ya escogieron, y por encima de la firma del presidente de la República
Ana Selman Fernández ni es enemiga del sector empresarial, ni es una radical, ni anda haciendo alharacas por posiciones extravagantes. Es una científica social, que ha trabajado con sectores populares y que tiene una larga práctica docente. Por tanto, es lamentable que el sector empresarial representado en el CES quiera romper con una práctica democrática.
Así no se juega en democracia, ni se manipulan las instituciones, ni se tuerce la ley, ni se procede por las posiciones expresadas por alguien en el pasado. Es absolutamente antidemocrático el juego que está tratando de imponer el sector empresarial representado en el CES.
Ana Selman Fernández ya fue designada por decreto del poder ejecutivo. Es la persona que superó todas las pruebas del concurso lanzado por el CES. Ese organismo es un ente de conciliación y de búsqueda de consenso. Lo que el sector empresarial está auspiciando en el CES es la confrontación y la descalificación más absurda, porque supuestamente Ana Selman ha expresado puntos de vista que no coinciden con las posiciones del sector empresarial.
Es un absurdo que los procesos democráticos y de funcionamiento de instituciones estatales y de búsqueda de acuerdos, como el CES, estén supeditadas o amarradas a consensos viciosos y tóxicos, como el que pretende desvestir santos para vestir otros. Y es lamentable que se establezcan raseros ideológicos como el que pretende imponer el sector empresarial al CES, por encima de los dos sectores que ya escogieron, y por encima de la firma del presidente de la República, además del aval que que ha brindado la presidencia del CES, con Rafael D. Toribio al frente.
El sector social del CES remitió el 14 de septiembre del 2023 una carta a Rafael D. Toribio, presidente del CES, en que reclamaba la instalación de Ana Selman como Secretaria General:
“Esperamos con interés conocer prontamente la fecha de la toma de posesión de la licenciada Selman Fernández, en cumplimiento del mencionado decreto y del nombramiento”. No ha ocurrido todavía, pese a que en el sector social firmaron 15 organizaciones, entre ellas la Conferencia del Episcopado Dominicano, el Centro Juan XXIII, Alianza ONG, y universidades como la UASD y el INTEC.
Esperamos que Ana Selman Fernández ocupe su posición como la secretaria general del CES, y comience su trabajo en beneficio del país, que también incluye al sector empresarial que la rechaza.